Redacción Quito
Para empezar el nuevo año con pie derecho, una tradición que no puede faltar es un brindis con champán. Por lo menos así lo refirió Patricia Díaz, moradora del sector de Santa Prisca.
Por eso, ella ayer fue hasta Santa Clara para comprar dos botellas de este licor. Lo compartirá con sus seres queridos en la noche del 31. “Brindar con champán es básico, casi como quemar el año viejo”.
La madre de dos niños compró cada botella en USD 3,81 en una distribuidora de Santa Clara. Juan Estupiñán también acudió al supermercado en busca de una botella. El hombre vive en el Parque Italia, en el norte y señaló que tomar una copa de champán y comer 12 uvas es una costumbre familiar para recibir cada año nuevo.
Para el padre de familia, los otros días festivos prefiere tomar vino, pero el año nuevo brinda con champán para atraer las buenas energías. “Este trago tiene algo especial, es espumoso y se lo toma en épocas especiales”.
Para la socióloga Esther Endara tomar champán, comer uvas, vestirse con colores especiales para recibir el año nuevo son costumbres que han sido adoptadas por los ciudadanos como rituales para renovar sus expectativas. “El ser humano es simbólico y se aferra de estas ritualidades para marcar el inicio de una nuevas etapas, de inicios de otra fase, encontrar un punto de partida para alcanzar nuevos objetivos”.
María Chacón, quien vive en el Centro Histórico, también adquirió dos botellas de champaña rosa para recibir el nuevo año. “Mi familia tiene más de 20 integrantes por eso tengo que llevar más de una botella”, dijo mientras pagaba.
Endara señaló además que los brindis son comunes en la sociedad ecuatoriana en épocas como la Navidad, fin de año, así como en bautizos, matrimonios… “Los ecuatorianos tenemos esas costumbres, que son herencias de nuestras raíces indígenas”.