Puerto Príncipe. AFP y DPA
El ex presidente estadounidense Bill Clinton llegó ayer a la sede temporal del Gobierno haitiano. Allí lo esperaban unas 200 personas que reclamaban carpas, tras pasar tres semanas a la intemperie, tras el terremoto del 12 de enero.
Clinton, designado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon como coordinador de la ayuda internacional, ingresó a una comisaría policial adaptada como sede de Gobierno.
El enviado especial de las NN.UU. para Haití defendió los esfuerzos encaminados a una reconstrucción que permita a Haití tener su propia economía. Así opinó, tras reunirse con el presidente René Préval, y el primer ministro, Jean-Max Bellerive.
Préval expresó su satisfacción por la visita de Clinton, con quien conversó sobre la situación del país. Y agregó que ambos son conscientes de que “la reconstrucción no va a ser fácil”.
Mientras tanto, en Estados Unidos, la designación de Clinton fue bienvenida por políticos y miembros de la ONU. Señalaron que era “la persona adecuada”, por su experiencia y alto nivel de relaciones al haber sido Presidente.
El Fondo Clinton-Bush para Haití recauda dinero en EE.UU. para la reconstrucción a largo plazo. El presidente Barack Obama pidió a Clinton y al ex presidente George W. Bush que encabezaran la recolección en el sector privado.
Eso quiere decir que el enviado sí contará con efectivo. Y los va a necesitar. Un millón de personas está sin casa. La cuestión sanitaria es un problema en los refugios temporales. Se necesitan 7 000 letrinas y 25 000 lavabos portátiles. Además, la ONU informó que al menos 2 000 000 de haitianos también necesitan alimentos.
Poco después de partir Clinton hacia EE.UU., la justicia haitiana rechazó un pedido de liberación provisional de los 10 misioneros estadounidenses acusados de secuestro de menores, informó su abogado Edwin Coq.
Mientras tanto, en Puerto Príncipe, Unicef instaló 23 carpas de gran tamaño para alojar a los niños y para que tengan dónde jugar. Hay resistencia de las familias a enviarlos a la escuela, por miedo a que haya otro terremoto. Por eso, Unicef colabora con el Gobierno haitiano animando a las familias a llevar a sus niños al colegio.