Pese a las bondades técnicas del convenio suscrito entre los gobiernos del Ecuador y el de los EE.UU., se lo dio por terminado porque simplemente se lo consideraba violatorio a la soberanía, olvidando que el control aéreo y marítimo del tráfico internacional de drogas, en toda su zona de influencia, se hacía básicamente por intermedio de la Base de Manta.
Hoy entendemos, muchos ciudadanos, lo precipitada que fue su eliminación, porque en el fondo, el hecho de que ella era base norteamericana, no nos perjudicaba en nada y al contrario nos permitía controlar adecuadamente la pandemia que es el narcotráfico, a tal punto que los problemas derivados de él son ahora la principal preocupación de las autoridades del Gobierno.
Reconocer un error es fruto de la madurez de las personas, por lo cual deberíamos buscar la manera de corregirlo, de lo contrario seguirá sin detectarse el transporte aéreo, fluvial y marítimo de drogas, tal como ha sucedido últimamente.