Las ‘Naciones Aliadas’ iniciaron la ofensiva de ataques aéreos contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria, así lo anunció el presidente de EE.UU. Barack Obama. Foto: EFE
El presidente Barack Obama advirtió ante la ONU que los extremistas deben ser “degradados y destruidos”. Por su parte, Hollande aseguró que “no cederán jamás al chantaje” de los islamistas.
Ante la ONU, Obama aseguró que los yihadistas solo conocen “el lenguaje de la fuerza”. “No sucumbiremos a las amenazas y demostraremos que el futuro es de aquellos que construyen, no de los que destruyen”, afirmó el Mandatario estadounidense declarándole la guerra total al Estado Islámico.
Los gobiernos de Holanda y Bélgica respondieron al llamado y afirmaron que enviarán cada uno seis aviones de combate F-16 a Iraq. Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, admitió que no se pueden “quedar fuera en la lucha contra el EI”. “Tenemos la necesidad de actuar en nuestro propio interés nacional para proteger a nuestro pueblo”, dijo anoche el Premier en la Asamblea General, donde anunció que pedirá al Parlamento del Reino Unido que apruebe la participación del país en los ataques aéreos internacionales contra el EI en Iraq.
Las incursiones británicas podrían empezar el fin de semana, pero sin tocar territorio sirio, donde Washington y cinco países árabes lanzan bombardeos desde el lunes.
Pocas horas después de la intervención de Obama, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución con carácter vinculante que exige a los países de todo el mundo que adapten sus legislaciones para perseguir y procesar a toda persona que trate de viajar a terceros países para unirse a grupos terroristas.
La resolución había sido impulsada por Estados Unidos y fue aprobada por unanimidad en una reunión extraordinaria presidida por el propio Obama.
Se trata de una medida dirigida, en general, contra los grupos fundamentalistas islámicos y, en particular, contra el EI, que cuenta entre sus filas, según los servicios de espionaje de EE.UU., con militantes de más de 20 países, incluyendo a varios europeos y estadounidenses, unas 3.000 personas en total.
Mientras en Siria, Estados Unidos y sus aliados prosiguieron ayer con su campaña aérea, dirigiendo esta vez los ataques a las instalaciones petrolíferas que están en manos del EI y que son una gran fuente de financiamiento para el grupo.
Sin embargo, los analistas insisten con que los bombardeos no son suficientes. “No creo que esta campaña vaya a desmantelar al EI. Este tipo de ataques tienen el potencial para degradar y alterar a los yihadistas, pero la historia muestra que los bombardeos aéreos no tienden a eliminar este tipo de grupos transnacionales. La degradación y perturbación pueden ser objetivos aceptables, pero para desmantelar totalmente al EI probablemente se requerirá de un gran contingente en tierra”, comenta Zack Cooper, del Center for Strategic and International Studies.
Para esto, se necesitará en principio el apoyo de las naciones árabes y de la oposición moderada en Siria, y el Presidente estadounidense está consciente de ello.
“Ningún Dios aprueba este terror. Ningún agravio justifica estas acciones. No puede haber un razonamiento, ni una negociación, con esta maldad”, dijo Obama al asegurar que llegó la hora de “que el mundo, y especialmente las comunidades musulmanas, rechacen de forma explícita, consistente y vigorosa la ideología de Al Qaeda y del Estado Islámico“.
Rehén decapitado
La organización islamista radical Soldados del Califato en Argelia, que se declaró simpatizante del EI, cumplió ayer su amenaza de matar al francés Hervé Gourdel si los bombardeos en Iraq y Siria continuaban.
Los yihadistas repitieron la puesta en escena de las ejecuciones de los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff y del británico David Haines, y difundieron un video que amenaza directamente a Francia.
“Es una venganza para honrar a nuestros hermanos en Siria e Iraq”, señala el video.
El Presidente François Hollande aseguró que su país “no cederá jamás al chantaje” y que los ataques contra el EI “seguirán el tiempo que sea necesario”.
Sin embargo, según comenta el diario El Mundo, este asesinato muestra un salto cualitativo del terrorismo porque hacía muchos años que los islamistas radicales no apresaban rehenes occidentales en el norte de Argelia, lo que demuestra que el Estado Islámico está echando raíces también en el norte de África.
El príncipe Top Gun de Arabia Saudita sentado en la cabina de su avión de combate F-15, aparentemente justo después de haber bombardeado posiciones del Estado Islámico (EI) en Siria, el príncipe Jaled bin Salman parece el “Top Gun” saudita.
El gobierno divulgó fotos del príncipe piloto -hijo del heredero al trono, el príncipe Salman bin Abdulaziz– en un aparente intento por recalcar los esfuerzos del liderazgo del reino por borrar del mapa al grupo extremista. Se informó que el príncipe guió uno de los cuatro aviones que participaron en la operación el martes. Ese día y por segunda noche consecutiva, jets de Arabia Saudita, Jordania, Bahrein, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos se sumaron a los aviones de EE.UU. en los bombardeos sobre Siria.
La decisión de los Estados árabes de bombardear a los musulmanes sunitas probablemente enojará a muchos en sus países y los pone bajo riesgo de una represalia terrorista.
Jordania y Arabia Saudita, que tienen fronteras con los territorios controlados por el EI, ya enfrentan complots y un gran respaldo doméstico a los yihadistas.
La participación del príncipe envía un mensaje a los que dudan del reino en Occidente. Arabia Saudita ha estado bajo presión para contrarrestar la visión de que Riyad es al menos en parte responsable por la aparición del EI: dinero y armas destinados para los grupos rebeldes en Siria fueron desviados y los donantes en el reino y otros Estados del Golfo Pérsico han enviado millones de dólares al grupo.