Redacción Política
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Con el golpe de Estado en Honduras, que sacó del poder al presidente Manuel Zelaya, quedaron en nada los convenios de cooperación firmados con el Ecuador.
El 1 de junio, Ecuador se comprometió formalmente a asesorar a ese Gobierno en los próximos meses.
El detalle del viaje
El presidente Rafael Correa resolvió viajar a Managua el domingo por la mañana, una vez que se convocó -de manera urgente- a los presidentes que integran la Alba.
El ministro de Relaciones Exteriores, Fander Falconí, viaja a Washington, hoy, para asistir a una cita de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Hasta el cierre de esta edición todavía no se fijaba la hora para el retorno del presidente Rafael Correa, desde Managua.
Según el Acuerdo de Cooperación, la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), debía intercambiar su experiencia en tres aspectos: reforma democrática del Estado, fortalecimiento del Sistema Nacional de Planificación y en el sistema de Inversión Pública.
Para ello, la Unidad de Apoyo Técnico de la República de Honduras debía enviar un grupo de profesionales para conocer la experiencia ecuatoriana.
Sin embargo, ello no ocurrió, afirma Pavel Muñoz, subsecretario de Reforma del Estado de la Senplades. “Faltaba por instrumentar el mecanismo de cooperación”, relata el técnico.
Esa relación política buscaba ir más allá. Dos semanas antes de que Rafael Correa viaje a Tegucigalpa, llegó a Quito una misión de ese país. La agenda incluyó una visita al presidente del ‘Congresillo’, Fernando Cordero.
En esa reunión, desarrollada el 12 de mayo, el embajador y viceministro de la Secretaría de Estado de Honduras, Eduardo Rosales, le comunicó que en caso de que en ese país se instale una asamblea constituyente solicitaría el asesoramiento de la Asamblea Nacional de Ecuador.
Sin embargo, Cordero dijo a este medio que no hubo nada concreto. “Se habló de que se firmaría un convenio en ese sentido, pero solo fueron ideas que no se concretaron”, expresó Cordero.
La vinculación de Honduras con los gobiernos de Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Bolivia… fue vista con preocupación por sectores de la derecha hondureña. El domingo, tras los acontecimientos que dejaron fuera del poder a Zelaya, varias personas se expresaron en contra de esa cooperación, pues consideraban que su país iba a seguir el modelo de Ecuador, Bolivia y Venezuela.
Con ese criterio coincidieron voces contrarias a Zelaya. “Después de las experiencias de Venezuela, Ecuador y Bolivia, era imposible no darse cuenta de que Zelaya había comenzado a aplicar el manual chavecista para dinamitar el orden jurídico-institucional de su país”. Lo dijo el escritor venezolano Xavier Reyes Mateus en el portal Libertad Digital.
Raúl Lombana Hernández en un blog del diario El Tiempo, también comentó que “no se puede seguir desconociendo que lo sucedido al interior de Honduras es la respuesta legítima ante una agresión directa en contra de su democracia por parte de gobiernos extranjeros”.
Pero eso no es todo. El equipo de juristas españoles que asesoró a Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa en sus reformas bolivarianas de las constituciones de Venezuela, Bolivia y Ecuador, también estuvo en Honduras para aconsejar al presidente Zelaya, en su objetivo de convocar una Asamblea Constituyente, aseguró el diario ABC, de Madrid.
De ese equipo forman parte los profesores de Derecho Constitucional de la Universidad de Valencia Roberto Viciano y Rubén Martínez
Dalmau, presidente y vicepresidente, respectivamente de la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS), que se ha especializado en asesorar a gobiernos y fuerzas políticas de la izquierda en Iberoamérica.
Viciano y Dalmau habrían estado el pasado mes de mayo en Tegucigalpa, según informó entonces la prensa hondureña, citando al rotativo estadounidense The Washington Post, que aseguró que los juristas habían tenido influencia en textos aprobados en Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Las tres constituciones ponen “énfasis” en la “refundación” de esas naciones.
Un asambleísta ecuatoriano que no quiso revelar su identidad le confirmó a este medio que había “ viajes pendientes” para asesorar al gobierno de Zelaya. Estos viajes no eran parte de los convenios que se acordaron por la vía diplomática, sino que se iban a desarrollar por afinidad con el proyecto hondureño. Paco Velasco, otro asambleísta de Gobierno, confirmó su permanencia en ese país (ver testimonio).