Arabia Saudita y otros países de la región anunciaron este lunes 5 de junio del 2017 que rompen sus relaciones diplomáticas con Catar, una decisión que Riad dijo que era necesaria para proteger al reino del “terrorismo”.
La agencia estatal de Riad SPA informó que los vínculos diplomáticos quedan cortados y que la frontera con su vecino fue cerrada “para proteger la seguridad nacional de los peligros del terrorismo y el extremismo”.
Una fuente oficial citada por SPA dijo que el país había decidido “cortar sus relaciones diplomáticas y consulares con Catar y cerrar la fronteras terrestres, marítimas y los puentes aéreos”.
Esta medida “decisiva” se debe a las “graves violaciones que cometieron las autoridades de Catar en los últimos años”, dijo el comunicado.
En la línea pautada por Riad, otros Estados del Golfo adoptaron la misma medida.
Los Emiratos Árabes Unidos adoptaron la misma medida.
La agencia de noticias de Baréin dijo que el pequeño reino iba a cortar los vínculos con Doha por sus reiteradas amenazas “a la seguridad y la estabilidad de Baréin y por intromisiones en sus asuntos”.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto informó que El Cairo decidió “poner fin a sus relaciones diplomáticas con el Estado de Catar”, argumentando que Doha apoya el “terrorismo” y señalando que quedan cerradas todas las rutas marítimas y áreas entre los dos países.
Expulsado de la coalición militar
Además que Catar quedó expulsado de la coalición militar árabe que interviene en el conflicto en Yemen.
La coalición, encabezada por Arabia Saudita, justificó la decisión debido al supuesto apoyo de Catar a organizaciones yihadistas como Al Qaida y el grupo Estado Islámico en Yemen, según un comunicado difundido por la agencia oficial saudita SPA.
La coalición liderada por Arabia Saudita interviene hace más de dos en el conflicto en Yemen para apoyar al gobierno de Abd Rabo Mansur Hadi, en su lucha contra los rebeldes hutíes, un grupo de milicias chiitas.
El conflicto yemení ya ha provocado más de 8 000 muertos y 45 000 heridos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Arabia Saudita, dotada de las Fuerzas Armadas mejor equipadas de Oriente Medio después de las de Israel, es uno de los principales compradores de armas del mundo y es también uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos en la región, frente a Irán y contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria e Iraq.
Doha enfrentaba hace tiempo acusaciones de ser un Estado que apoyaba al “terrorismo”.
Muchos le reprocharon su apoyo a grupos rebeldes que luchan contra el presidente sirio Bashar al Asad y varios nacionales han sido sancionados por el Departamento del Tesoro en Estados Unidos, acusados de financiar actividades “terroristas”.