Mejorar el funcionamiento del parque termoeléctrico y una adecuada campaña de comunicación fueron las principales estrategias que el gobierno de Rodrigo Borja aplicó en 1992, cuando se produjo un estiaje que no permitió el funcionamiento de la Central Hidroeléctrica Paute, hoy bautizada como Hidropaute.
“El Presidente estuvo pendiente de que se garantice el abastecimiento de combustible para las plantas termoeléctricas. No se le ocurrió salir de viaje por 10 días con medio gabinete y un centenar de invitados, pese a que estaba anticipado de la crisis”, comenta el ex secretario de la Administración de ese Gobierno, Gonzalo Ortiz Crespo.
El ex funcionario recuerda que otra de las prioridades de ese Gobierno fue “cuidar el embalse de Amaluza (en Paute)”.
Ese régimen realizó una campaña para ahorrar energía en los domicilios de los ecuatorianos. “El resultado fue que la medida extrema fue aplicar los racionamientos de energía, pero por pocas horas y con horarios definidos”, comenta el ex funcionario de los registros de la Izquierda Democrática.
Sin embargo, en ese Gobierno también se apeló al mismo discurso de los actuales funcionarios gubernamentales. Es decir, culpar a los gobiernos anteriores por las obras no ejecutadas.
“En dos meses no se pueden solucionar problemas pendientes desde hace 10 años”, dijo el entonces gerente del desaparecido Instituto Ecuatoriano de Electrificación (Inecel), Julio Ponce, según una publicación del Diario EL COMERCIO, del 2 de febrero de ese año.