Redacciones Quito y Construir
La confirmación del Presidente de que durante los dos próximos años se producirá el cambio de gestión gubernamental del Centro Histórico al cuartel Epiclachima genera debate. La afirmación, realizada durante la Sesión Solemne del Concejo Municipal que festejó los 480 años de fundación de la capital, afirmó que ese recinto acogerá a 6 000 funcionarios de diversas instituciones del Estado.
Correa afirmó, asimismo, que la creación de ese complejo gubernamental en el sur capitalino es otra de las razones para la construcción del Metro, pues este optimizaría el traslado de ese personal desde sus lugares de residencia hasta las instalaciones del complejo, y viceversa.
Dos expertos urbanistas opinan sobre el tema
Hernán Orbea, urbanista y catedrático de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica (FADA) explica que es autor de las Plataformas Gubernamentales, un proyecto que se basa en el criterio de la desconcentración de las fuentes de empleo –especialmente administrativo burocrático- que se da básicamente en el centro norte quiteño de manera que el sur tenga, no solo una redistribución de esos empleos, sino una importante presencia del Estado. Más aún, cuando migra la principal actividad, que es la gestión misma del Estado, como es la Presidencia de la República y sus órganos de control.
“Yo pienso que hay un factor negativo, que Fernando Carrión ya ha criticado y que es el vaciamiento de la actividad emblemática de la gestión que está en el Centro Histórico. Este vacío preocupa a este urbanista. Sin embargo, me parece que es un aporte esencial a la gestión económica del sur. Yo soy de esta zona, crecí mi infancia allá y me parece que esta decisión gubernamental es una especie de validación a la situación económica emergente que se ha dado en la región durante las últimas cuatro décadas y que con un emblema que, sin ninguna duda, es el complejo del Epiclachima, se legitimaría”.
Eduardo Báez, urbanista y restaurador, considera que el tema es delicado y que debe tener consenso. Piensa que existen varios factores que inciden en la decisión gubernamental.
El primero, explica el Arquitecto, tiene que ver con la movilidad. “Tanto en el centro como en el sur siempre va a existir congestión, por el mismo trazado que tiene el damero de Quito”.
El segundo es la seguridad. Como en todas partes, asevera Báez, la seguridad es algo que hay que cuidar, tanto en el centro, en el norte o en el Epiclachima. Talvez el recinto sea más seguro, pero siempre es un detalle que hay que controlar.
El tercer factor, el más importante y en el que se debe recalcar, asevera Báez, es que el Centro Histórico tiene una identidad bien clara en cuanto a los tres poderes: municipales, de la Iglesia y el Presidencial.
Báez dice que es muy importante, por tradición y simbolismo. “Qué importantes es, por ejemplo, el que se haya recuperado el cambio de guardia de los días lunes en el Palacio Presidencial. ¿Por qué? Porque el Centro de Quito vive a través de esos actos simbólicos. Una ciudad histórica, como Quito, responde a la historia, la tradición y la identidad. Quito, con la reunión de los palacios de Gobierno, Municipal y Arzobispal en tono a la Plaza Grande tiene una identidad, una cédula, una fotografía, un yo soy así”.
Bajo esos parámetros, explica Báez, no parece conveniente el traslado del Palacio Presidencial al Epiclachima. “Un artículo escrito por Fernando Carrión en El Comercio hace un mes y medio analiza con criterio esta situación”. Ojalá reconsideren la medida porque afectaría notablemente al Centro Histórico.