Redacción Siete Días
La mayor parte del agua congelada del planeta se encuentra en las grandes plataformas heladas de Groenlandia y, en mayor proporción, en la Antártida. Por eso, cuando se estudian los efectos de la emisión de dióxido de carbono (CO2) y el calentamiento global sobre la elevación de los océanos, esos lugares son el centro de atención.
Ecuador en la antártida
Desde el 5 hasta el 24 de enero, una misión científica de la Universidad Politécnica de Chimborazo (Espoch) estará en la Antártida, para obtener información.
La misión tiene dos etapas: la primera consistirá en el estudio de microorganismos, determinar la presencia microbiológica cerca de la estación Pedro Vicente Maldonado, además de un estudio comparativo de diversidad microbiana.
En la segunda etapa se identificará bacterias y microorganismos resistentes a temperaturas bajas; y se monitorizará la variación microbiana a través del paso del tiempo. Se buscará utilidades biotecnológicas para enzimas y antibióticos.Hace pocos días, científicos descendieron sensores a través de tres hoyos en la plataforma de hielo Fimbul, al este de la Antártida, que mostraron que el agua se está congelando. Es decir, parece que se trata de buenas noticias.
“El agua debajo de la plataforma de hielo está muy cerca del punto de congelamiento”, dijo Ole Anders Noest, del Instituto Polar Noruego, en un comunicado, tras taladrar en medio de Fimbul, que tiene un grosor de entre 250 y 400 metros.
Actualmente se teme un deshielo vinculado al calentamiento global, lo que podría provocar que el nivel de los océanos se eleve. No es poco común que se culpe a las altas temperaturas de la ruptura de diez plataformas de la Península Antártica.
El cambio climático es un círculo vicioso en lo que respecta a estos ecosistemas: temperaturas más altas llevan a menos hielo y nieve y ello causa que la tierra y el mar tengan que absorber más luz solar, lo que aumenta aún más las temperaturas.
Estos hallazgos son buenas e inusuales noticias tras las preocupantes señales de calentamiento en los polos y, añaden una pequeña pieza dentro del rompecabezas sobre cómo responde la Antártida al cambio climático, donde la mayor parte de la culpa la lleva el uso humano de combustible fósiles y emisiones de CO2.
Si se descongelara, el continente tiene suficiente agua para elevar el nivel del mar unos 57 metros, por lo que hasta pequeños cambios son un riesgo para las costas a baja altura o ciudades como Pekín o Nueva York. El instituto señaló que el agua debajo de Fimbul estaba en unos 2.05 grados centígrados bajo cero.