Juan Paz y Miño/ Historiador
En 2010 se conmemorarán los bicentenarios de los movimientos revolucionarios que dieron inicio a las respectivas independencias en Argentina, Colombia, Chile, México y Venezuela.
En Caracas (abril 19) un cabildo abierto ganado por los patriotas logró establecer en 1810 una Junta que destituyó al Capitán General. La independencia fue proclamada al año siguiente.
En Santa Fe de Bogotá (julio 20), los criollos agrupados en torno al cabildo, tras el “incidente del florero”, también organizaron una Junta, aunque de inicio bajo la presidencia del mismo virrey. En Santiago de Chile, el mismo año 1810 los criollos agrupados en torno al cabildo también lograron instalar una Junta (septiembre 18). Y en Buenos Aires (mayo 25) se formó otra Junta.
Hubo múltiples movimientos antecesores: en el siglo XVIII, grandes levantamientos indígenas contra la opresión, entre los que destacaron los promovidos (1780-1781) por José Gabriel Condorcanqui Túpac Amaru y por Túpac Katari y sus hermanos en el Alto Perú, las 10 grandes “sublevaciones” indígenas en la Audiencia de Quito, el levantamiento de los comuneros en Nueva Granada (1781), el de Asunción (1721), los barrios de Quito (1765), el levantamiento de Juan Santos Atahualpa (1742) en el Perú.
En el año 1809 se produjeron las revoluciones autonomistas en Chuquisaca y La Paz (Bolivia) y la famosa de Quito, el 10 de Agosto, pionera en constituir un gobierno criollo propio en Hispanoamérica.
En todas las revoluciones juntistas del año 1810 se encuentra una élite de criollos ilustrados. Y aunque los movimientos parecían locales, en realidad hubo conexiones entre varios de los líderes, que respondían a una común aspiración por la autonomía. La acción de los criollos fue, por tanto, la culminación de un proceso de acumulación de fuerzas y de formación de una conciencia política.
En México (‘Grito de Dolores’, septiembre 16), a diferencia de lo que ocurrió con las otras Juntas sudamericanas, la revolución fue campesina e indígena, liderada, en la primera fase, por el cura Miguel de Hidalgo y, además, claramente independentista. Contra ella se unieron criollos y autoridades españolas, hasta liquidarla.
En todo caso, a los bicentenarios latinoamericanos de las revoluciones de 1810 se une en Ecuador el Bicentenario de la matanza de nuestros próceres el 2 de Agosto de 1810. Ellos habían sido los ejecutores de la revolución del año pasado, en el 10 de Agosto, Primer Grito que inició el proceso de la independencia ecuatoriana.
La masacre de los próceres quiteños impactó en toda la Hispanoamérica. Radicalizó a Quito, ciudad que recibió a Carlos Montúfar y con quien se organizó la segunda Junta. Después vino el Congreso de los Diputados, que el 15 de febrero de 1812 expidió la primera Constitución del que se llamaría Estado de Quito, que proclamó la independencia total y organizó un nuevo Estado bajo la forma republicana de gobierno.
Montúfar encabezó la defensa militar del Estado de Quito, derrotada a fines de 1812. Desde entonces, por lo que ahora se conoce, se mantuvieron intermitentes guerrillas en la región centro-norte de la Sierra. En recuerdo del pasado, bien podemos identificar al Bicentenario del 2010 como el ‘Año de los Próceres’ de Quito.