Redacción GuayaquilEn los dos planteles fiscales que sirvieron de albergues para los afectados por el invierno en Balao (Guayas), ayer se inició el año lectivo con normalidad. A inicios de febrero, las escuelas Rosa Amada Espinoza y Miraflores acogieron a personas evacuadas por las lluvias.Por la crecida del río Gala se rompió un muro de contención. 174 hectáreas de plantaciones de banano quedaron bajo el agua. Los mayores daños se registraron en la hacienda La Victoria. Los jornaleros perdieron el trabajo.
139 personasestuvieron albergadas en dos escuelas fiscales en el cantón Balao (Guayas).
Estos, con sus familias, fueron trasladados a las dos escuelas. El Municipio entregó apoyo para que ambas instalaciones sirvan como hogares temporales.De un total de 139 personas, 104, correspondientes a 31 familias, estuvieron en la Rosa Espinoza. Luis Infante, coordinador cantonal de la Secretaría de Gestión de Riesgo, explicó que poco a poco abandonaron el sitio.“Hace 15 días terminaron de salir las últimas personas. Una parte volvió a la hacienda y la otra fue a buscar trabajo en otras localidades”, dijo.La primera escuela en ser desocupada fue la Miraflores. Luego, a la par de la matriculación escolar, pasó lo mismo con el otro plantel.Infante explicó que la infraestructura de ambas instalaciones quedó en buen estado. El Municipio, con la ayuda de los damnificados, ejecutó varias obras. En el sector de Puerto Inca (Naranjal), la escuela 3 de Noviembre, en La Montañita, no estuvo lista para el nuevo año escolar. Esto, por falta de mobiliario que fue destruido en las inundaciones, tras las crecientes del río Cañar.En Urdaneta (Los Ríos), los colegios 11 de Octubre en Catarama, y Ricaurte, en la parroquia del mismo nombre, iniciaron con normalidad el año lectivo.Piedad Fierro, vicepresidenta de la Junta Parroquial y coordinadora en Ricaurte, dijo que los albergues no afectan el desarrollo de las clases. Los albergados no están en el bloque de aulas.