Redacción Quito
La tarde del martes, 32 alumnos del octavo de básica del colegio Teniente Hugo Ortiz, en las calles Punáes y Pomasqui, en el sur, recibían clases de Lenguaje cuando inesperadamente el techo del aula se cayó sobre ellos.
Un árbol, que estaba sembrado en un terreno junto a la institución, se vino abajo y rompió la cubierta. Siete alumnos resultaron heridos por el hecho.
Según las autoridades del colegio, en agosto de este año presentaron un oficio a la Gerencia de Parques y Jardines del Municipio solicitando la tala de estos troncos, ya que representaban un peligro por el mal estado que tenían.
Ángel Nájera, rector de la institución, explicó que la entidad municipal no atendió su solicitud aduciendo que los árboles se encontraban en propiedad privada y no podían intervenir.
Mientras tanto, los alumnos heridos fueron atendidos por los bomberos y paramédicos que llegaron al lugar y posteriormente trasladados hasta el hospital de niños Baca Ortiz, en el norte.
Alexandra Rosero, directora de esa casa de salud, aseguró ayer que seis de los siete alumnos ya salieron del hospital por no presentar heridas de gravedad. Pero una menor todavía permanece interna. La niña María José D. deberá permanecer en el hospital hasta someterse a más exámenes y estudios, ya que según Rosero, podría tener un trauma en la espalda.
Andrés Franco, estudiante de 13 años, recordó que minutos antes de la caída del tronco se escuchaba cómo las hojas se agitaban por el viento, pero nunca pensó que el árbol se caería. “Cuando vi que el techo se cayó cogí mi mochila y salí corriendo, luego llegaron los bomberos y se llevaron a mis amigos”.
Natalia Morales no sabe qué es lo que va a pasar en el colegio. Estos alumnos no tienen aula donde recibir sus clases. Morales dijo que las autoridades no se han pronunciado sobre el tema. “Nosotros queremos saber dónde vamos a estudiar pero nadie nos dice nada y estamos sin clases”.
Luego de la caída, 10 funcionarios de la Gerencia de Parques y Jardines cortaban las ramas y el tronco que quedó del árbol. Las hojas del árbol de eucalipto seguían botadas en el corredor.
Los maestros miraban aún incrédulos lo ocurrido. Las autoridades del colegio solicitarán ayuda al Municipio para reparar el aula. Nájera no descarta volver a presentar un oficio a Parques y Jardines para que corten todos los árboles que aún quedan en el terreno que está baldío.
En el colegio
En esta institución estudian 400 alumnos. Aquí funciona un jardín y una escuela durante la mañana y el colegio durante la tarde y noche.
Las aulas están descuidadas y los vidrios rotos. Las bancas de los alumnos son de madera y de plástico. Los pupitres están dañados y rayados.
En las paredes hay grafitis y dibujos. La tierra de la calle Pomasqui se levanta y causa problemas a los alumnos.
En la parte posterior se construyen seis aulas más y un laboratorio. Según los maestros, estos salones de clases estarán listos para el mes de diciembre.