Barack Obama, presidente de los Estados Unidos. Foto: Agencias
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció hoy, 17 de junio, un plan de ampliación de las áreas marítimas protegidas que podría suponer la mayor reserva marítima del mundo en el Pacífico, y emitió un memorándum para combatir la pesca ilegal y abusiva.
En una intervención previamente grabada con motivo de la cumbre “Nuestro Océano”, que comenzó este lunes y concluye hoy en Washington, el mandatario subrayó los peligros que amenazan el mar, que además de ser un paisaje fascinante es fuente de alimentación y de crecimiento económico.
Obama insistió en que el cambio climático, la pesca abusiva y la contaminación amenazan con degradar los océanos, por lo que su Administración ha decidido “liderar” la lucha por su preservación.
El presidente explicó que usará su autoridad ejecutiva “para proteger algunos de los más preciosos paisajes marinos” de EE.UU. aunque no especificó qué partes del mar pondría fuera de los límites de explotación.
Sin embargo, el diario The Washington Post, que tuvo acceso a los planes que maneja el Gobierno estadounidense, informó que pretende expandir el área protegida alrededor de siete islas y atolones situados en el Pacífico Sur, entre las Islas Marianas y Hawai.
Actualmente están protegidas las aguas situadas a unos 225 300 kilómetros cuadrados en torno a esas islas, y la propuesta de Obama ampliaría esa área protegida a más de 2 millones de kilómetros cuadrados en torno a cada territorio, según el diario.
Las islas afectadas son Wake Island, Jarvis Island, Howland Island, Baker Island, Kingman Reef y los atolones de Palmyra y Johnston.
La orden de Obama, que entrará en vigor a finales de este año tras superar un periodo de comentarios públicos, busca expandir la zona protegida creada por su predecesor, George W. Bush, en 2009.
El presidente además emitió hoy un memorándum para indicar a las agencias federales nuevas acciones que combatan la pesca ilegal y la sobreexplotación de los mares, que además pretende atajar la entrada de pescado obtenido de manera fraudulenta en los mercados.
“El mercado negro de pescado constituye el 20 por ciento de la pesca y supone unos costes anuales para las empresas pesqueras legítimas de unos 23.000 millones de dólares”, apuntó la Casa Blanca.
Este programa pretende dar un paso importante para acabar con este tipo de prácticas, y construir un mercado legal y sostenible para la industria.
Obama se puede enfrentar a la oposición de grupos pesqueros con intereses en las potenciales zonas protegidas así como con los republicanos en el Congreso, que lo acusan de abusar de su capacidad ejecutiva para llevar a cabo su agenda política.