El VIH afectó a 1 703 menores de edad en los últimos seis años

En los laboratorios de la Cruz Roja Ecuatoriana, norte de Quito, se analizan las muestras de sangre de la gente que se sometió a las pruebas para detectar si adquirió VIH.

En los laboratorios de la Cruz Roja Ecuatoriana, norte de Quito, se analizan las muestras de sangre de la gente que se sometió a las pruebas para detectar si adquirió VIH.

En los laboratorios de la Cruz Roja Ecuatoriana, norte de Quito, se analizan las muestras de sangre de la gente que se sometió a las pruebas para detectar si adquirió VIH. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

El bebé tenía tres semanas de nacido cuando lo hallaron en el sector de El Churo de La Alameda, en el centro de Quito. Estaba cubierto por una manta y sobre él dejaron un papel con la frase “niño con VIH”. Eso ocurrió en el 2004.

Lo trasladaron al Hospital de Niños Baca Ortiz de la capital para evaluarlo. Luego a la Aldea Franciscana Santa María de Los Ángeles, un centro ubicado a pocos minutos del lago San Pablo, en Imbabura, que acoge a niños huérfanos con VIH. Allí, él comenzó a crecer con otros pequeños que tienen la misma condición.

Hoy se recuerda el Día Mundial de la Lucha contra el Sida. Los nuevos casos de contagios en niños se han reducido en un 50% desde el 2010 a escala mundial, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre este mal (ONU-SIDA). 150 000 chicos contrajeron el virus el año pasado, una cifra inferior a la de hace cinco años, con 290 000, reporta el ente internacional.

En Ecuador, datos del Ministerio de Salud Pública (MSP) refieren que 170 niños menores de 0 a 6 años y 1 533 adolescentes han adquirido VIH en los últimos seis años.

Greta Muñoz, jefa de Infectología del VIH del Hospital Baca Ortiz, recuerda el caso del pequeño abandonado hace 12 años y cuenta que nunca se supo nada de su madre. La principal vía de transmisión del VIH en niños, añade, es materno infantil. Es decir, durante el embarazo, parto o lactancia.

En su computadora compila estadísticas y anota que el 92% de infantes se contagia de esa forma, mientras que en el resto es producto de abuso sexual, transfusiones de sangre, etc.

En los casos de lactancia materna, apunta la doctora, el virus se ha encontrado en el 70% de las leches maternas recogidas entre cero y cuatro días después del parto. El 50% en las de 6 a 12 meses. Ante eso, Muñoz recomienda a las mamás con VIH que no den de lactar a sus bebés para evitar contagios de la enfermedad.

Con datos de ONU-SIDA, la especialista afirma que un niño muere cada minuto por una enfermedad relacionada con ese virus. Esto es neumonía, tuberculosis u otras que pueden dar lugar a un desenlace fatal frente a defensas bajas. En un minuto también, otro menor de 15 años y, al menos otros cuatro jóvenes de hasta 29, se contagian a escala mundial.

Para detectar el virus en los infantes, en el Ministerio se han establecido dos clases de pruebas. En los casos de niños de 0 a 18 meses se practican las evaluaciones con antígenos. El diagnóstico por infección, en chicos de 1 año y medio, no se basa en las serológicas por la presencia de anticuerpos de la madre, transferidos al bebé en la placenta. La mayoría de veces, los anticuerpos de origen materno desaparecen cuando cumple 1 año. “Por eso, hasta los 18 meses, el diagnóstico de infección se hace por evaluaciones de detección antígena (presencia del virus)”.

Del 2010 al 2015 se han hecho 3 254 pruebas a niños menores de 18 meses expuestos o hijos de una madre VIH positiva. Y a
9 762 en chicos desde los 18 meses. De ellos, 164 resultaron positivos, según el MSP.

Para tratar los casos de niños con el virus hay un equipo que incluye psicólogos, enfermeras y trabajadores sociales. Rossana Sandoval es psicóloga del Baca Ortiz y asegura que a los niños se les enseña a convivir con su condición médica.

Desde pequeños, ellos asumen que es una infección crónica, con la que se puede vivir normalmente si es que se sigue el tratamiento adecuado. De este modo, según la Organización Mundial de la Salud, la esperanza de vida de estos menores supera los 70 años.

Los psicólogos también les ayudan a saber cómo manejar su situación ante la sociedad y diferenciar lo que es la información privada y secreta. Lo segundo, reflexiona, tiene una connotación de vergüenza y así el niño entiende que es algo que debe esconder. La realidad es que no deben ocultarlo, pero tampoco publicarlo porque es suyo y de su familia.

“Por eso es importante darles un discurso (...) Si la mamá necesita pedir permiso para que su hijo falte a la escuela por los tratamientos, les damos certificados en el que no dice VIH sino una enfermedad inmunológica. Es suficiente”.

En el caso del niño abandonado hace 12 años, él vive actualmente con 20 chicos, de entre 8 meses y 16 años, en la Aldea Franciscana. Tiene buena salud y recibe la medicación puntual, relata Jacqueline Martínez, directora.

Para Ricardo Jiménez, responsable nacional del VIH para la Cruz Roja, los tratamientos en estos años han mejorado y existe una mayor conciencia. Recuerda que al final de la década de los 90 se veía que los niños contagiados eran abandonados en las casas de salud, pero eso ha cambiado.

Él y los médicos reiteran que el VIH no se transmite por besos o abrazos, por jugar en la piscina, compartir objetos o por trabajar y estudiar en el mismo lugar. Estos chicos sí tienen opciones para crecer.

Suplementos digitales