Durante sus expediciones a las Américas, el científico alemán desarrolló nuevos conceptos que después se aplicaron en la ciencia mundial. Foto: Patricio Terán/EL COMERCIO
La expedición de Alexander von Humboldt a las Américas hace 220 años marcó una nueva etapa en la botánica y en el estudio de los ecosistemas en Ecuador y en el mundo. Considerado el segundo descubridor del continente y el padre de la naturaleza, el científico alemán estuvo durante siete meses seguidos en el territorio ecuatoriano.
Katya Romoleroux, docente investigadora de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y Directora del Herbario QCA, explica que el gran aporte de este viaje para la botánica ecuatoriana se relaciona con el descubrimiento y descripción de especies.
Humboldt colectó plantas en sitios donde no se lo había hecho antes. Lo más importante es que pudo transportar estos especímenes en barco y lograr que lleguen intactos hasta Europa, donde pudieron ser descritos y después publicados. Esto fue la gran ventaja de Humboldt frente a otros botánicos de la época, quienes no lograron realizar publicaciones tras sus hallazgos.
Durante su estancia en Ecuador y sus alrededores, el alemán y su equipo recolectaron al menos 30 000 especímenes. Cuando regresó a Europa, le tomó alrededor de 20 años lograr la descripción de estas plantas. Hace 220 años se conocía que había 10 000 especies en todo el mundo. Con el viaje de Humboldt, ese número aumentó a 14 000.
“Fue una revolución para la época a nivel de la flora de las Américas”, dice Romoleroux. El descubrimiento de 4 000 nuevas especies hizo que este viaje se convirtiera en la expedición de la época que aportó con el mayor número de especies de plantas vasculares.
El científico creó los primeros mapas de vegetación del Ecuador, recorrió los principales volcanes y marcó un récord para la época de ascensión al Chimborazo. En las faldas del Antisana, aún se mantiene intacta la casa donde pasó gran parte de su estadía.