Amanda Batallasa, presidente del grupo de turismo Entre Ranas y Anturios, observa el remanso de Chinambí. Foto: Álvaro Pineda/para EL COMERCIO
El murmullo y frescura del agua del río Chinambí invita a darse un chapuzón a los visitantes de esta calurosa comuna del mismo nombre, en Mira (Carchi).
Las grandes piedras forman vados, que son una especie de piscinas naturales. Los turistas pueden ingresar a estos remansos de agua cristalina, comenta Amanda Lucía Batallas.
Esta afrodescendiente, de 36 años, lidera el grupo turístico y ecológico Entre Ranas y Anturios. Su nombre es en honor a dos especies de fauna y flora que abundan en esta zona.
La incursión en el turismo comunitario surgió tras la implementación del proyecto Conservación de Anfibios en peligro de extinción en Chinambí, parroquia Jacinto Jijón y Caamaño, en la que también habitan mestizos e indígenas awá.
Para ello, se identificaron las fortalezas de las familias de la zona para impulsar los denominados bioemprendimientos, explica Willian Defas, técnico de la Dirección de Gestión Ambiental de la Prefectura del Carchi.
Los emprendedores turísticos aprovechan los recursos que ofrece esta zona subtropical. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERICO
Rosa Ramírez bautizó al jardín de su casa como el Museo de la Piedra, para aprovechar las rocas de los ríos.
En el sitio sobresale una piedra de seis metros de altura, tapizada por una capa vegetal en que la florecen anturios rojos.
Los ríos Chinambí Grande y Chico y San Jacinto que bañan el sector inspiraron la creación de la Ruta de los Vados. Esta iniciativa surgió durante el Carnaval del año anterior.
Entre las comunidades de Chinambí y San Jacinto hay seis remansos para los bañistas. En el vado 4, Amanda Batallas instaló una cabaña de madera en la que ofrece caldo de gallina, arroz con fréjol guandul y yuca, bolones de verde y otros platos. El valor de los platillos oscila entre USD 2,50 y 4. La emprendedora espera con una bandeja a los comensales que salen del vado.
Emprendedores turísticos aprovechan los recursos que ofrece esta zona como plantas y rocas, para mostrar a los turistas que les visitan. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO
Defas señala que esta ruta turística se extendió a otras parroquias del occidente del Carchi como Maldonado, Chical y El Goaltal, que también cuentan con ríos aún prístinos.
Pero en Chinambí y San Jacinto el plus es el Festival de anfibios. Hay guías nativos preparados para ofrecer caminatas por los senderos para ver las diferentes variedades de ranas, con sus colores y formas.
El próximo paso de los integrantes de la agrupación es ofrecer hospedaje comunitario. Aspiran certificarse con el Ministerio de Turismo, hasta diciembre próximo. Por lo pronto, los visitantes que llegan pueden acampar en el estadio de la localidad.
También buscan incursionar en las actividades de aventura. El miércoles 23 de octubre del 2019 recibieron una capacitación.
La iniciativa de Chinambí y San Jacinto también es replicada en comunidades vecinas como Gualchán y Río Blanco. En esta última, los turistas pueden visitar también el Museo de Piedra, creado por Segundo de la Cadena.