La Espol organizó un encuentro de científicos locales y extranjeros para evaluar los avances de la vacuna contra el dengue. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO
Diez laboratorios e institutos del mundo corren tras una sola meta: conseguir una vacuna contra el dengue, un virus que causa 100 millones de infecciones al año, 500 000 casos de tipo grave y unas 30 000 muertes en el mundo.
Mark Polhemus, científico de SUNY Upstate Medical University de Nueva York, es parte de esta investigación global desde hace dos años. Y la mañana de este martes 25 de agosto visitó la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), en Guayaquil, para presentar algunos adelantos.
Actualmente están desarrollando un modelo seguro y controlado para reproducir el virus en humanos, lo que servirá para probar la efectividad de la vacuna creada hasta ahora. La primera vacuna que entrará a esta fase de ensayo es la Sanofy Pasteur, analizada desde 1992.
Pero hay una particularidad. El dengue, transmitido por mosquitos Aedes aegypti y albopictus, tiene cuatro tipos (DENV 1, DENV 2, DENV 3 y DENV 4). “La vacuna debe ser efectiva contra los cuatro serotipos y queremos que sea, por lo menos, efectiva en un 80%”, explicó Polhemus.
En 2014, Sanofy Pasteur realizó los primeros estudios mundiales de eficacia, incluyendo a 10 275 niños de Asia. Y un segundo estudio con más de 20 000 adultos y niños en América Latina y el Caribe (Brasil, Colombia, Honduras, México y Puerto
Rico).
Los resultados demuestran que, en el caso de Asia, la efectividad global fue del 30,2%, con variaciones entre cada serotipo del virus (55,6% para el tipo 1; 9,2% para el tipo 2; 75,3% para el tipo 3 y 100% para el tipo 4).
En cuanto a América Latina, el resultado general alcanzó el 60,8%, solo en el grupo de entre 9 y 16 años de edad. Y también hay variantes, según los serotipos (50,3% para el tipo 1; 42,3% para el tipo 2; 74% para el tipo 3 y 77,7% para el tipo 4). “No todos los serotipos de dengue son iguales -indicó Polhemus-. Y la población puede responder de manera diferente a las vacunas”.
La siguiente fase es un ensayo clínico en personas que serán inoculadas con una cepa atenuada de dengue. Así se evaluará los efectos del virus en el hospedero y se analizará cómo la vacuna interfiere en la enfermedad.
Polhemus detalló que, próximamente, harán este ensayo en tres voluntarios. Ellos serán hospitalizados y continuamente monitoreados en la evolución de los síntomas, que van desde fiebre alta, dolor de cabeza, dolores musculares, entre otros. Este protocolo se realizó bajo los lineamientos que exige la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos).
Timothy P. Endy, también investigador de SUNY Upstate Medical University, se enfocó en la necesidad de desarrollar una vacuna, no solo para reducir los casos sino también para disminuir los altos gastos económicos que representa la enfermedad. “En países como Tailandia un caso puede costar USD 61 por familia. Eso representa tres meses de sueldo”. Y solo en las América, el costo del dengue llega a los USD 2 100 millones, cada año.
Para Endy, los resultados definitivos de una vacuna se conocerán en los próximos cinco años, lapso en el que se presentarán nuevas fórmulas. La biofarmacéutica Inviragen Takeda está avanzando en la elaboración de una, al igual que los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos.
Estos adelantos fueron presentados durante el ciclo de conferencias ‘El día del dengue’, organizado por la Espol. Para Washington Cárdenas, jefe del Laboratorio de Biomedicina de esta universidad y director del Programa Virus (entre el Inspi y la Espol), estas investigaciones tendrán un gran impacto en Ecuador, debido a la alta incidencia de la enfermedad. Hasta el 19 de agosto pasado, el Ministerio de Salud ha registrado 40 132 casos de dengue en el país.
Y también motivan el desarrollo de estudios propios. En la Espol, por ejemplo, se quiere ir más allá del diagnóstico positivo o negativo de varios tipos virus. Con el apoyo de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), Cárdenas explica que esperan emprender estudios genéticos, descubrir las causas de la virulencia de distintos virus y analizar la inmunología del hospedero.