Una de las integrantes del grupo vocal Las Tres Marías falleció en Ibarra

María Magdalena Pavón Julios (vestida de blanco y lila), junto a sus hermanas, durante una de las últimas presentaciones públicas. En la gráfica posan junto a unas esculturas que las representan con los coloridos trajes que acostumbran a vestir mujeres de

María Magdalena Pavón Julios (vestida de blanco y lila), junto a sus hermanas, durante una de las últimas presentaciones públicas. En la gráfica posan junto a unas esculturas que las representan con los coloridos trajes que acostumbran a vestir mujeres de

María Magdalena Pavón Julios (vestida de blanco y lila), junto a sus hermanas, durante una de las últimas presentaciones públicas. En la gráfica posan junto a unas esculturas que las representan con los coloridos trajes que acostumbran a vestir mujeres del valle del Chota. Foto: Archivo / EL COMERCIO

El valle del Chota, al asentamiento afroecuatoriano más importante de la Sierra norte del Ecuador, está de luto. La mañana de este 14 de septiembre del 2018 falleció María Magdalena Pavón, a sus 77 años. Ella junto sus hermanas menores Margarita Rosa Elena y Gloria María integraban el grupo de música vocal Las Tres Marías. Con una trayectoria de más de seis décadas, cantando boleros, pasillos y la bomba, el ritmo tradicional de esta jurisdicción del norte de la provincia de Imbabura, conquistaron el país.

El amor por el arte lo heredaron de sus padres Luis Elías Pavón Lara y la madre de las dos mayores, María Lucrecia Julios. Ellos fundaron la Banda Mocha San Miguel de Chalguayaco, la tierra natal de las tres mujeres cantoras.

Alguna vez María Magdalena contaba que cuando su progenitor tenía una “tocada” en las vecinas ciudades de Ibarra o Cotacachi, las entonces niñas ayudaban con premura a sembrar fréjol, recoger guayaba o lavar la ropa en el caudaloso río Chota para poder acompañarlo. Las niñas miraban atentas como don Luis Elías y sus compañeros tocaban la guitarra, la rasqueta, el tambor y el filo de la fragante hoja de naranjo, que con un soplo emitía un sonido similar al de un clarinete.

Luego en la tranquilidad de la vivienda familiar las futuras artistas, reproducían con sus bocas los sonidos de los instrumentos, ante el oído atento y satisfecho de sus padres. Así pasó el tiempo, colaborando con su arte en las fiestas, inauguraciones de sistemas de agua, aniversario de parroquialización y los triunfos de la Selección Nacional de Fútbol, en la que jugaban muchachos crecidos en las polvorosas calles del valle.

El amor por la música les dio, en la última década, muchas satisfacciones. Eran conocidas en el país. La gente les pedía fotografiarse con ellos. En el 2012 recibieron un reconocimiento al Merito Cultural. Un año después formaron parte del disco Taitas y Mamas, leyendas vivas del origen. Ahí se consagraron definitivamente a escala nacional, como un legado cultural. Finalmente, en el 2014 el grupo Las Tres Marías fue declarado Patrimonio Vivo del Ecuador.

La última María Magdalena habría sido internada en el hospital, porque se había complicado su salud a causa de la diabetes que le afectaba desde hacer varios años. Ahora sus seis hijos, sus dos hermanas y los amantes de la música lloran la partida de María Magdalena Pavón.

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