El artista guayaquileño Daniel Adum debuta en el último filme de Sebastián Cordero. Foto: Captura de pantalla
La codicia, como una bala perdida, puede ser motivada por un impulso; pero cuando se dispara simplemente avanza sin distinguir entre víctimas o villanos.
A tres años del estreno de ‘Europa Report’, la primera incursión de Sebastián Cordero en la ciencia ficción, el director ecuatoriano regresa al drama social en ‘Sin muertos no hay carnaval’.
Una película hecha en Ecuador que pone el tema de la ocupación informal de tierras como telón de fondo, para mostrar los dos lados de una sociedad polarizada y una compleja realidad que sigue latente en Guayaquil, así como en otras ciudades del país y la región.
Video: YouTube, cuenta Carnaval Cine
El filme gira alrededor de la disputa por un territorio que ha sido ocupado por un grupo para construir viviendas y una familia de la burguesía porteña que lo reclama como propio.
Y en medio aparece el ‘vivo’ que quiere sacar provecho de los sueños de unos y la ambición de otros. Ese personaje es el abogado Lisandro Terán, interpretado por Andrés Crespo.
El cine nacional que en los últimos años había empezado a despegarse del llamado realismo sucio para explorar otras vertientes narrativas vuelve al drama social con una cinta que se alimenta de una voraz codicia que invoca a la muerte a cada paso.
“La plata cuesta plata dice” Gustavo Miranda (Erando González) pero no será la única moneda de cambio porque hay otro tipo de pretensiones que se pagan con cadáveres.
Y el escenario, una ciudad costera donde convergen empobrecidos barrios de caña hacinados en el estero y modernas arquitecturas de concreto que se levantan en el margen más cosmopolita, de lujosos autos que recorren frondosos verdores y desvencijadas canoas que flotan en turbias aguas, de ‘huecas’ con tesoros gastronómicos y estadios donde las diferencias sociales se acortan en el culto al deporte.
Formas, texturas, colores, expresiones y costumbres que el director sabe aprovechar para resaltar los contrastes que mantendrán la tensión en una historia de sólidas líneas narrativas que se entrecruzan.
Cordero dirige un elenco que se destaca en su diversidad, entre actores del medio local como Javier Pico, que llega del cine ‘guerrilla’, o José Northia y Jéssica Pacheco, que dan el salto desde la sitcom, hasta experimentados intérpretes internacionales como Diego Cataño (‘Narcos’), Erando González (‘El mago’) o Maya Zapata (‘K’dabra’).
El director compagina los distintos niveles de experiencia en un trabajo coral que, si bien se refresca con nuevos ambientes y locaciones, repite ciertas fórmulas que evocan sus anteriores producciones.