Santo Domingo: Los tsáchilas recuperan su bosque
Los jóvenes tsáchilas son entusiastas por recuperar el bosque nativo. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO
Las mujeres y jóvenes tsáchilas han apostado por la conservación del bosque Chigüilpe, que fue talado hace cinco décadas para sembrar productos como el cacao y el plátano.
El historiador tsáchila Augusto Calazacón señaló que la colonización de Santo Domingo significó para la nacionalidad un cambio en las costumbres y tradiciones nativas. “Nosotros no necesitábamos dinero porque el bosque nos proveía de frutas e incluso el plátano se daba de forma natural”, señaló.
Pero - agregó - a raíz de la llegada de los colonos, los tsáchilas empezaron a arrendar parcelas del bosque con fines agrícolas y ganaderos.
En solo 10 años se había talado más de 50% del remanente de 30 hectáreas, según datos de la Gobernación de la Nacionalidad Tsáchila.
Pero las consecuencias de la deforestación se empezaron a evidenciar hace unos 10 años, se empezaron a extinguir plantas, que les servían a los chamanes (poné) para los rituales energéticos y para practicar la medicina ancestral.
Por eso Cruz Calazacón y Flor Aguavil decidieron promover la iniciativa de cuidar el bosque, que le pertenece a más de 40 familias de Chigüilpe.
Hace un año comenzaron con la siembra de más de 20 plantas de árboles que dan semillas para hacer artesanías, de palma y algodón. “Nosotros trabajamos en un proyecto turístico y ahí los extranjeros nos hablaban de la importancia de preservar nuestra cultura y el bosque; es fundamental para nuestra etnia”, indicó.
Cuando empezaron a construir los senderos para ingresar al bosque, tuvieron la iniciativa de también crear un centro cultural dedicado al turismo ecológico.
Unas 20 personas, en su mayoría jóvenes y mujeres de la etnia, se unieron a esa iniciativa y conformaron el centro comunitario Ka - ti luli, que significa palma real.
Los tsáchilas se decidieron por ese nombre porque la palma es uno de los pocos árboles que sobrevivieron a la deforestación masiva.
Esa palma es una de las más importantes de la nacionalidad porque ahí vive el mayón (larva comestible), que es la comida típica de los tsáchilas.
Según José Velasco, el mayón nace del escarabajo negro, que a su vez deposita sus huevos en el árbol de la palma y del pambil y luego de dos meses crecen con una apariencia similar a la de un gusano. Los tsáchilas los recolectan y degustan asados, o los cocinan en hojas de plátano.
Para Cruz Calazacón, guía de Ka - ti luli, las malas prácticas en los bosques nativos han hecho que platos típicos como la guanta ya no se elaboren. “Cuando era niña, hace 40 años, podíamos jugar con las guantas y armadillos. Ahora solo nos queda el recuerdo”.
Sin embargo, la reforestación en el bosque ya ha reflejado resultados positivos, según los tsáchilas de Ka - ti luli.
Al menos una hectárea ya se ha repoblado con plantas nativas. Se tiene previsto que hasta finales de 2019, se recuperen unas dos hectáreas.
Para que ese resultado se dé, los tsáchilas están implementando comedores naturales para que los pájaros lleguen al remanente. “Las aves se encargan de esparcir las semillas por el bosque. Ellos las llevan en su pico”, señaló Calazacón.
Otro de los objetivos de la comunidad es recuperar los árboles de algodón, que fueron talados hace 30 años. Flor Aguavil aseguró que se cortaron porque ya no tenían utilidad ya que el algodón se usaba para elaborar las coronas de los jefes supremos de la etnia y para formar hilos y con estos confeccionar faldas, pero los tsáchilas dejaron de usar la indumentaria típica. “Preferíamos comprar algodón en la farmacia y mandar a elaborar las faldas porque solo se usaban para recibir turistas”.
La idea de los comuneros no es dejar la agricultura, sino diferenciar el bosque de los cultivos para no modificarlos. Eso debido a que la economía de ese sector está basada en el turismo y los cultivos de ciclo corto como las frutas.
De hecho, en Ka - ti luli se planifica desarrollar durante el 2018 un turismo ecológico y agrícola. “La agricultura ya es parte de nuestra identidad”.
Trabajo
El 40% de la gente se dedica al turismo; 30% a la agricultura y el restante al chamanismo.
Clima
En las comunas, por la presencia de bosque, el clima es lluvioso subtropical. La temperatura es de 22°C.
Población
La nacionalidad está conformada por 2 200 tsáchilas. En Chigüilpe habitan 560 personas .
Etnia
Los tsáchilas viven en 7 comunas, alejadas del centro de Santo Domingo; están rodeadas de bosque y ríos.
Plantas
Los tsáchilas han sembrado plantas nativas como el pinku, diku y checheró, que se utilizan para tratar enfermedades.