El mes de nacimiento puede tener un impacto sobre la salud, según un estudio realizado por científicos de Oxford.
De acuerdo al trabajo, en efecto, los niños nacidos en primavera en el hemisferio norte (21 de marzo al 21 de junio) son mucho más proclives a padecer enfermedades que los nacidos en otoño.
Asma, esquizofrenia, esclerosis múltiple, Alzheimer, así como desórdenes alimentarios, mal de Hodgkin o diabetes juvenil estarían vinculados a la menor exposición de la madre al sol durante el embarazo.
Así lo sostuvo Russel Foster, profesor de neurociencias del ateneo británico: “es como ganar o perder la lotería de la salud”, observó el docente durante el Festival Científico de Cheltenham organizado por el diario Times.
En casos como la esquizofrenia y desórdenes esquizo- afectivos quienes nacen en meses de alto riesgo (invierno y primavera) el riesgo es del 10 por ciento más alto, según los estudios de Foster.
La misma hipótesis se aplica para la esclerosis múltiple y en particular en las altas latitudes donde las variaciones estacionales de la luz del sol son más extremas: niños nacidos en Escocia en abril tienen el 50% más de riesgo de aquellos nacidos en noviembre de enfermarse.
El estudio se basa sobre el impacto de la vitamina D en la formación de varios genes durante el desarrollo: para el científico, la contraprueba está en el hecho que los mismos resultados se obtienen en el hemisferio sur pero con seis meses de diferencia.
Las diferencias, si bien significativas estadísticamente, son verdaderamente mínimas y pueden ser contrabalanceadas por factores ambientales externos como la dieta: en análoga latitud de Suecia, los noruegos de las costas tienen una incidencia mucho más baja que los escoceses de enfermarse de esclerosis múltiple pero es porque ingieren muchos alimentos a base de aceite de pescado que a su vez es rico en vitamina D.
La incidencia de las enfermedades aumenta cuando, en cambio, se mueve en el interior. El rol de la vitamina D en el embarazo es un argumento candente de la ciencia de la nutrición: recientes estudios han descubierto una conexión entre los niveles asumidos por la madre durante la gestación y el riesgo que el niño se enferme de diabetes.