El río Teaone es también un espacio ideal, en ciertos tramos, para la recreación de los bañistas. Fotos: Marcel Bonilla y archivo/ EL COMERCIO.
Cerca de 60 emprendedores son parte de una ruta turística que se promueve a lo largo del río Teaone, y que comprende las parroquias Vuelta Largas, Tabiazo y Carlos Concha del cantón Esmeraldas.
Al sitio se llega por el desvío ubicado en la vía que conduce a los balnearios de Atacames en la conocida Y de Tabiazo, atravesando el valle San Rafael, en el sur de la ciudad.
La ruta fue implementada por la Prefectura de Esmeraldas y la Fundación Codespa, con la finalidad de potenciar la cultura gastronómica del pueblo afroesmeraldeño y montuvio que habita en la zona.
En estas poblaciones se admira el verdor de la naturaleza, se conserva la cultura tradicional y la gastronomía caracterizada por el uso de especias naturales como la chiyangua.
El viaje empieza en la parroquia Tabiazo, donde se han construido 20 bohíos para expender alimentos tradicionales como tortilla de maíz, tamales de plátano, encocados de camarón de río y de pescado.
Diego Proaño, uno de los emprendedores, explica que los turistas pueden degustar mariscos y noches culturales frente al río Teaone.
El recorrido se hace por vía fluvial y se acompaña con guías nativos de las parroquias. Fotos: Marcel Bonilla y archivo/ EL COMERCIO.
La segunda parada está en la parroquia Tabiazo. Ahí está el balneario de agua dulce que recibe en promedio a 1 000 personas los fines de semana. Allí también existe una fusión de la gastronomía manabita y la esmeraldeña.
Los habitantes de Tabiazo ofrecen el guarapo de caña y la panela que se elabora con madera artesanal en las fincas de la zona, explica Diana Bone, otra de las emprendedoras.
La tercera parada de la ruta es la parroquia Carlos Concha. Allí la actividad más común es la relacionada al cultivo del cacao.
Sonia Quiñónez, técnica de Turismo de la Prefectura de Esmeraldas, explica que en Carlos Concha el Turismo es más rural por estar cerca a las cascadas de Moncaune, junto a la reserva Mache-Chindul.
Ahí se ha creado un circuito para que los turistas acudan a disfrutar de los senderos y quebradas. Como parte de la ruta, 10 familias adecuaron sus casas para recibir turistas.
Las familias que ofrecen hospedaje tienen capacidad para recibir hasta cinco personas en habitaciones familiares. La oferta es una experiencia vivencial con las familias de esta parroquia, ubicada a 45 minutos de Esmeraldas.
Gastronomía con mariscos es parte de los atractivos. Fotos: Marcel Bonilla y archivo/ EL COMERCIO.
En el turismo rural existe el interés de la Fundación Aves, que promueve el conocimiento de la cultura y de cómo viven los habitantes afros y montuvios en la zona rural.
Desde el 2018, la Prefectura de Esmeraldas ha trabajado en las tres parroquias en convenio con Codespa, con quienes han desarrollado un modelo de gestión para contar con un producto turístico estandarizado de acuerdo con la calidad del servicio.
Los emprendimientos que trabajan en la ruta también conservan las tradiciones ancestrales, por eso en marzo se realizó la primera feria gastronómica con la participación de casi todos los socios.
Ellos han sido capacitados en atención al cliente, hospitalidad y guianza, para que los emprendimientos ofrezcan una mejor atención al cliente.
El proyecto también ha sido orientado a fortalecer el trabajo de los emprendedores con un logo que recoge actividades como la pesca de camarón de río y la naturaleza.
Desde el área de participación ciudadana de la Prefectura de Esmeraldas se ha potenciado el tema cultural con los adultos mayores de esas zonas y sus expresiones culturales.
En cada una de las tres parroquias se han reactivado los grupos de danza y canto afro, para que también se comparta a los turistas los mitos, cuentos y leyendas propios de la cultura afrodescendiente.