Un refugio acoge a osos y lobos traumatizados en Grecia

En esta foto de archivo tomada el 23 de abril de 2018, un lobo camina hacia el santuario de Arcturos en Nymfaio, en las laderas del monte Vitsi, a unos 600 kilómetros (350 millas) al noroeste de Atenas. Foto: AFP

En esta foto de archivo tomada el 23 de abril de 2018, un lobo camina hacia el santuario de Arcturos en Nymfaio, en las laderas del monte Vitsi, a unos 600 kilómetros (350 millas) al noroeste de Atenas. Foto: AFP

Patrick echa un vistazo a los visitantes, se pone en cuclillas, lame sus garras y ronronea. Es su forma de calmarse "cuando está estresado" , explica la cuidadora Melina Avgerinou.

Patrick, Bárbara, Usko... los osos y lobos del refugio de la organización Arcturos, en el monte Vitsi, en el noroeste de Grecia, están traumatizados.

Patrick, de tres años, tenía un mes cuando lo encontraron errante en la frontera greco-albanesa. Al parecer unos cazadores furtivos habían matado a su madre. A la edad de un año lo soltaron en su hábitat pero reapareció al cabo de un mes y ya nunca se marchó.

"La naturaleza no es segura para él porque no ha aprendido a desconfiar de los humanos", explica Avgerinou.

Arcturos acoge a animales desde 1992, a veces de lugares lejanos, como Austria o Georgia. "Hay otros refugios en los Balcanes y en otros sitios de Europa, pero con frecuencia están llenos" , afirma Avgerinou.

En esta foto de archivo tomada el 23 de abril de 2018, un lobo camina hacia el santuario de Arcturos en Nymfaio, en las laderas del monte Vitsi, a unos 600 kilómetros (350 millas) al noroeste de Atenas. Foto: AFP

En la actualidad, el recinto, cercano a las aldeas de Nymfaio y Agrapidia, alberga en bosques de hayas y robles a más de veinte osos y siete lobos. Se espera la llegada de otros siete lobos procedentes de un parque zoológico italiano.

Inicialmente Arcturos era un proyecto para rescatar a osos danzantes, un espectáculo muy popular en los Balcanes y en el que se obligaba a los animales a caminar sobre ascuas.

'La naturaleza no es una rival'

Con el tiempo se ha especializado en la preparación de los animales para devolverlos al entorno salvaje. "Hay muchos problemas con los osos en cautiverio en los Balcanes. Lo peor es en Albania y en Skopje (Macedonia) donde todavía existen lagunas legales", apunta la cuidadora.

La osa Bárbara vive como si todavía fuese prisionera de un zoológico serbio, pese a haber sido liberada hace 20 años. Continúa recorriendo a zancadas el vallado, nerviosa y sacudiendo la cabeza.

El oso Usko es parapléjico desde pequeño y se mueve gracias al ingenio de los guardias de Arcturos, quienes le fabricaron una pequeña carreta para que se movilice. Foto: AFP

Usko no ha vivido con cadenas ni en jaulas, pero es parapléjico desde pequeño y se mueve gracias al ingenio de los guardias de Arcturos, quienes le fabricaron una pequeña carreta con la que se desplaza por terreno llano.

Con los años, Avgerinou se ha especializado en cuidar a las crías. Desde abril alimenta con biberón a Luigi, llamado así en honor al portero de la Juventus de Turín, el futbolista italiano Gianluigi Buffon.

Sus salvadores buscaron a su madre durante dos días. En vano.

Pronto llegarán otros tres oseznos de Bulgaria. Dos de Montenegro completan la guardería de Arcturos.

La cuenta es elevada: unos 15 000 euros (USD 18 000) anuales por un oso y 10 000 (USD 12 000) por un lobo.

El refugio espera despertar una conciencia ecológica en Grecia, donde la flora y la fauna son ricas pero están amenazadas.

Algunos osos que viven en el refugio han sido rescatados desde pequeños, tras escapar de cazadores y perder su familia. Foto: AFP

"Intentamos enseñar a las personas que no están solas en la naturaleza y que no deben verla como a una rival" , afirma uno de los guías, Vassilis Fourkiotis.

Pocas plazas

En la región, donde se concentran muchos de los aproximadamente 400 osos y 700 lobos que se calcula que viven en Grecia, la oenegé sensibiliza a los agricultores para que se protejan de los predadores sin matarlos.

En este combate, los responsables de la oenegé encontraron un aliado: una raza local de perros de pastoreo que, de paso, se salvaría así de la extinción.

Inicialmente Arcturos era un proyecto para rescatar a osos danzantes, un espectáculo muy popular en los Balcanes. Foto: AFP

"Hemos dado más de 800 cachorros desde 1999" , explica Vassilis. "Al contrario de otras razas, estos perros protegen a los rebaños sin matar a los predadores que los atacan" , añade.

En un momento dado, la oenegé se propuso promover a estos guardianes de manadas en el extranjero pero el proyecto se quedó en nada.

Gracias a la donación de 500 000 euros de la Fundación Niarchos, administradora de la herencia de un conocido armador griego, el refugio aspira a convertirse en una referencia en los Balcanes en materia de acogida y cuidados veterinarios.

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