Imagen referencial. El estudio se llevó a cabo en la laguna Mateococha, ubicada en la reserva de producción de fauna Cuyabeno. Foto: Pxhere.
El estado del caimán blanco está generando preocupación en el país. Un reciente estudio publicado en la revista internacional Journal of Herpetology revela que la población de estos animales en la Reserva de producción de fauna Cuyabeno se ha reducido en un 57% en 17 años. A pesar de que esta es una zona destinada a la conservación, la caza ilegal y la pérdida de hábitat han afectado a la especie.
Santiago Ron, curador de anfibios del Museo de Zoología de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), es uno de los autores de esta investigación y estuvo a cargo del monitoreo realizado en 1994, que estableció la base para la publicación actual. Los primeros datos sobre el estado poblacional de los caimanes fueron obtenidos en la laguna de Mateococha. En ese momento, Ron y sus compañeros tuvieron que trabajar más de 14 horas cada día para capturar y estudiar a los animales.
El estudio de campo duró alrededor de un año y reveló que existía una población compuesta por 147 individuos en la zona. Al realizar un nuevo monitoreo en el año 2004, descubrieron que la población se había reducido a 94 caimanes y en el último conteo, realizado en 2011, los investigadores registraron solo 63 ejemplares.
Diego Ortiz, autor de la investigación publicada en diciembre del 2019, explica que estos resultados fueron inesperados, ya que actualmente existen más regulaciones para proteger a estos animales. En el siglo pasado, dice, la cacería comercial causó una reducción drástica de casi todas las especies de caimanes y cocodrilos en el mundo. Esta explotación intensa también ocurrió en el Cuyabeno y en otras zonas de Ecuador.
Para combatir la problemática, se crearon regulaciones internacionales y reservas, entre esas el Cuyabeno, para proteger a estos animales y a otras especies de la cacería ilegal. Pero los datos revelan que esta actividad aún estaría afectando al caimán blanco.
Ron explica que en el último monitoreo no se observaron ejemplares grandes, lo que sugiere que la cacería estaría presente. “En el año 2011 prácticamente no vimos caimanes de más de 1,8 metros de largo, mientras que en 1994 estos eran muy comunes”, dice el investigador. La falta de individuos adultos podría implicar un problema en el futuro para su reproducción en la laguna.
A esto se suma el tráfico ilegal de especies y la pérdida de hábitat relacionada a la disminución de la extensión de esta reserva en el pasado, a la deforestación y a la presencia de colonos. El estudio muestra que en los años 90 la laguna Mateococha aún estaba lejos de los lugares poblados y ahora se encuentra a solo 2,5 kilómetros de distancia.
Los investigadores creen que los derrames de petróleo que han existido en el Cuyabeno también podrían haber contribuido con esta disminución poblacional. Ortiz explica que los caimanes se encuentran en la cima de la cadena alimenticia, por lo que los contaminantes tienden a acumularse en sus tejidos.
Para este investigador, la situación es preocupante, ya que la reserva de producción de fauna Cuyabeno alberga a la mayor cantidad de caimanes blancos del país. Además, es probable que estas amenazas estén afectando a otras especies que viven en esta área protegida. Ortiz dice que el siguiente paso es analizar a los caimanes que viven en otras zonas del país y realizar estudios ecológicos en el Parque Nacional Yasuní, que enfrenta problemas similares.