Extravagante, versátil y místico… Así fue el cantante y compositor Prince, que se inmortalizó en la memoria de millones de seguidores como un ícono de la música pop, rock, soul, funk y new wave, además de haber sido el creador de su propia rama rítmica, el ‘Sonido Minneapolis’.
Este músico llevaba semanas luchando contra una fuerte gripe y, sin embargo, al día siguiente de haber estado hospitalizado en Illinois, ofreció una gran fiesta en su finca “para agradecer por la vida”.
Su muerte, hoy 21 de abril del 2016, fue una sorpresa: a sus 57 años, continuaba con una gira de conciertos y con la grabación de nuevos materiales discográficos. La semana pasada, una gripe lo obligó a hacer un aterrizaje de emergencia en su avión privado y fue hospitalizado el viernes 15 en Illinois, Estados Unidos.
Prince fue dado de alta unas horas más tarde y volvió a su finca, Paisley Park, ubicada en Chanhassen (Minneapolis), en donde ofreció una fiesta el sábado 16 y en donde fue encontrado sin vida cinco días más tarde.
Prince fue el creador del llamado ‘Sonido Minneapolis’, un híbrido entre funk, rock, pop, R&B y new wave en la década de los 70 y cuya popularidad creció en los 80, gracias a que varios grupos siguieron sus pasos en el ámbito musical. Jimmy Jan and Terry Lewis, Morris Day, Teena Marie, Le Klass y Sheena Easton, entre otros artistas, fueron influenciados por este arreglista, multiinstrumentista, compositor y cantante.
“Es un artista único, desde su imagen, su concepto, todo lo que ha hecho como artista…”, destacó el músico ecuatoriano Diego Miño, integrante de la banda de percusión Tomback y quien tuvo la oportunidad de conocer a la baterista de Prince.
Los aportes de este popular artista no solo impusieron una tendencia con el ‘Sonido Minneapolis’, sino que dieron un giro a la música como se la conocía entonces. Su famoso nuevo ritmo sustituyó a los instrumentos de viento con sintetizadores, la música era más rápida que el funk tradicional, las guitarras vibraban con más potencia y la percusión tenía un papel importante en las composiciones.
El investigador musical Hernán Guerrero destaca que Prince fue un artista innovador, que siempre buscaba más allá de lo que estaba establecido y que, por ello, muchas veces fue incomprendido.
“Creó un sonido que marcaba una identidad, era un sonido vanguardista que se vino a apropiar no solamente de una década, sino de muchas circunstancias. Esos sonidos vinieron a alimentar y a dar vida a una música que en los 70 se estaba desgastando”.
Su creación le llevó a grabar su tercer disco, ‘Dirty Mind’ (1981), pero fue en 1984 cuando alcanzó el mayor reconocimiento a nivel mundial al presentar el álbum ‘Purple Rain’. “Este artista en su momento fue incomprendido, no tuvo buena acogida, no recibieron de buena manera su trabajo… este es el tipo de artistas que el mundo de la música necesita”, añade Guerrero.