Un hombre monta un scooter eléctrico compartido el 22 de junio de 2020 en Roma, mientras el país alivia su bloqueo para frenar la propagación de la infección por covid-19, causada por el nuevo coronavirus. Foto: AFP
Las patinetas eléctricas que se alquilan con una aplicación celular han invadido el centro de Roma tras el fin del confinamiento, una novedad para la ciudad que suscita aprobación pero también irritación.
Gracias a un fin de semana muy soleado, miles de usuarios, en su mayoría jóvenes, se desplazaron entre las callejuelas y los magníficos monumentos del casco histórico de la capital italiana, comenzando por la Vía Imperial y el Coliseo.
Todo parece indicar que los italianos, tras casi tres meses de confinamiento obligado, saltaron del encierro en sus casas a la patineta eléctrica, un nuevo sistema colectivo de transporte, individual y de moda.
Numerosas patinetas estaban estacionadas en las aceras, aparcadas al azar, en las esquinas o simplemente abandonadas, listas para ser alquiladas.
El fenómeno suscita asombro, interrogantes y también irritación entre los romanos, cuya ciudad se suma a las grandes metrópolis invadidas por ese vehículo para la movilidad personal.
Con la desconfianza y el buen tiempo, los scooters eléctricos compartidos de autoservicio han invadido las calles de Roma en los últimos días, una novedad en la Ciudad Eterna, que a su vez está descubriendo las alegrías y las molestias de las nuevas formas de movilidad. Foto: AFP
“Roma está llena de automóviles, scooters y, por lo tanto, es importante utilizar ese tipo de medio de transporte que respeta el medio ambiente”, explicó Vito, un turista de Bari a la AFP , quien paseaba con su familia.
“Somos turistas y para evitar el transporte público, por el coronavirus, decidimos alquilar patinetas”, cuenta.
“No queremos montar en autobuses ni estar con multitudes de personas”, confirma Mariarosa, otra turista, que no teme usar la patineta pese a que requiere cierta pericia debido a los clásicos adoquines.
La Ciudad Eterna, entre las peores ciudades del mundo por los atascos y el tráfico, desde hace años promueve el alquiler a través de aplicaciones celulares de la bicicleta y de pequeños automóviles eléctricos.
“Las patinetas eléctricas representan una pequeña revolución para nuestra ciudad”, reconoció la semana pasada la alcaldesa de la ciudad, Virginia Raggi.
Cuatro compañías operan en la capital desde su autorización el 1 de marzo y el proyecto prevé una fase experimental de dos años con un número máximo de 16 000 patinetas.
Los usuarios deben transitar a una velocidad máxima de 25 km/h, tener más de 14 años y evitar la aceras, entre otras normas.
La nueva moda ha suscitado las primeras protestas de las asociaciones de taxis, quienes temen un incremento del número de accidentes.