Francisco ‘El Pájaro’ Febres Cordero trabajó durante dos años en la investigación y escritura del libro. Foto: Pavel Calahorrano / EL COMERCIO
El recientemente publicado no es el primer libro que Francisco ‘El Pájaro’ Febres Cordero escribe sobre Jacinto Jijón y Caamaño. Pero el primero reposa en su computadora y nunca verá la luz. “Era muy académico, lleno de citas y notas al pie. Entonces decidí volver a escribirlo, pero esta vez siendo yo el que escribía”, y así fue como (re)nació ‘El sabio ignorado’ (Penguin Random House, 2016).
Febres Cordero trabajó dos años en esta publicación que busca rescatar la figura de uno de los investigadores más destacados del país; cuyo legado en las Ciencias Sociales, pese a ser fundamental, no ha contado con suficiente difusión ni reconocimiento.
¿Por qué? Para ‘El Pájaro’ hay un trasfondo político: la izquierda ha dominado el ámbito intelectual y académico del país en las últimas décadas y Jijón y Caamaño fue un conservador de derecha (también los hay de izquierda) a prueba de balas.
El libro que se presenta este miércoles 28 de septiembre de 2016, a las 19:00, en el Centro Cultural de la Universidad Católica con la intervención de su nieto Jacinto Jijón-Caamaño y de Felipe Burbano de Lara, es un híbrido entre historia, memoria y ficción. Al inicio, cuenta ‘El Pájaro’, no era fácil; el personaje le infundía algo parecido al temor, pero poco a poco fue “perdiéndole el respeto”.
En ese proceso, por ejemplo, fue imaginándose cómo sería la estancia de Jijón y Caamaño, su madre Dolores, y su amigo Carlos Manuel Larrea en el Ritz de París, durante cuatro años; o el enamoramiento intenso que sintió por Lola Lasso y la conversación que ambos mantuvieron mucho después, cuando las vidas de los dos habían tomado rumbos distintos, y él ya era Alcalde de Quito.
Pero el respeto, o quizás una admiración muy profunda, hacen que el libro tome por momentos tintes de hagiografía; aunque Febres Cordero mencione, al paso, el rumor de un desliz amoroso o que haga hincapié en la personalidad distante, quizá hermética, de Jijón y Caamaño.
De alguna manera, el autor ha tratado de graficar a través de un personaje destacado las complejidades del país entero. Jacinto Jijón y Caamaño es el pretexto para hablar de una sociedad que se ha construido a fuerza de contradicciones y que, con mayor o menor éxito, siempre se mantiene en pie.
Con este ejercicio de memoria y escritura, Febres Cordero ratifica su vocación de narrador y se constituye en un abanderado del rescate de pasajes (a través de personas o de hechos) de la historia del Ecuador, en formato de divulgación masiva. Lectura fácil y entretenida, que nos ayuda a vernos, como ecuatorianos, en el espejo. Buena falta nos hace.