Los países agilizan negociación en la COP25 e identifican 'cuellos de botella'

Organizaciones de la sociedad civil exigen a los países un mayor compromiso para hacer frente al cambio climático. La COP 25 se desarrolla en Madrid. Foto: EFE.

Organizaciones de la sociedad civil exigen a los países un mayor compromiso para hacer frente al cambio climático. La COP 25 se desarrolla en Madrid. Foto: EFE.

Organizaciones de la sociedad civil exigen a los países un mayor compromiso para hacer frente al cambio climático. La COP 25 se desarrolla en Madrid. Foto: EFE.

Las delegaciones oficiales que intervienen en la cumbre del clima COP25 de Madrid agilizaron durante los primeros días una compleja negociación y están identificando los posibles "cuellos de botella" que pueden complicar los acuerdos.

Aunque arrancó el lunes 2 de diciembre del 2019 con la presencia de más de cincuenta jefes de Estado y de Gobierno, la cumbre climática entró en una fase muy técnica de negociación, antes del inicio, la próxima semana, del tramo ministerial.

Uno de los principales escollos, pendientes de resolver desde hace varios años, es el desarrollo del artículo 6 del Acuerdo de París, el que regula cómo funcionan los mercados de carbono, aunque la falta de consenso en Madrid no impediría la plena entrada en vigor del pacto.

Es uno de los aspectos más complejos y sofisticados del Acuerdo de París, y las partes han preferido siempre ralentizar la solución definitiva ante la falta de consenso; prefieren el "no acuerdo" al "mal acuerdo".

Fuentes conocedoras del transcurso de las negociaciones han subrayado que ya circula un primer borrador al respecto, aunque este está todavía muy abierto y deberá pasar varios filtros antes de ser debatido por los jefes de cada delegación y de someterlo al visto bueno de los ministros la próxima semana.

Sobre la mesa de las negociaciones están hoy los informes del panel intergubernamental de expertos IPCC que asesora a la ONU en materia de cambio climático, que se han hecho públicos durante los últimos meses y que alertaban de los efectos más catastróficos de la crisis climática.

Algunos países ya habían expresado su deseo de que esos informes, que hoy se han vuelto a presentar en el marco de la COP25, no se incorporaran a las negociaciones oficiales.

Todavía está por comprobar el papel que va a desempeñar la Unión Europea (UE), reconocida por muchas partes como el motor que está empujando a la comunidad internacional a comprometerse con una mayor ambición climática.

La próxima semana y coincidiendo con el final de la Cumbre de Madrid, el Consejo Europeo tiene previsto aprobar un paquete de medidas para conseguir la neutralidad de carbono (cero emisiones) en 2050.

Sin embargo, las posiciones de todos los países europeos no están definidas, debido a la alta dependencia que muchos Estados del este tienen todavía del carbón y la necesidad de encontrar y habilitar fondos para que puedan hacer una transición que no resulte dramática.

Además de los informes del IPCC presentados hoy en la sede de la COP -alertan de la subida del nivel del mar, de los riesgos asociados al uso abusivo del suelo y la deforestación y del catastrófico impacto que tendrá un incremento de la temperatura por encima de dos grados- este miércoles se pusieron sobre la mesa de los negociadores nuevos estudios igual de contundentes.

La Organización Meteorológica Mundial corrobora en su informe que la última década ha sido la más calurosa desde que se tienen registros históricos y el Global Carbon Project publicó este 4 de diciembre que las emisiones de dióxido de carbono van a batir un nuevo récord en 2019.

La ministra española para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, subrayó la necesidad de "cerrar" en Madrid el Acuerdo de París, pero incidió en que, aunque quedan "pocas cosas", es necesario avanzar para tratar de completarlas.

Ribera destacó la importancia de la cita de Madrid, que, a su juicio, abre "una nueva fase" que empezará oficialmente en 2020, en la que los países deben comprometerse a una mayor ambición climática y a una mayor y más rápida reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Explicó que las reuniones se encuentran en una fase "muy técnica", en la que los negociadores están identificando los puntos que pueden llegar a convertirse en "cuellos de botella" en el tramo final de la negociación.

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