Matrimonios pausados, por falta de protocolos

Imagen referencial. Los planificadores de bodas proponen priorizar los eventos durante los fines de semana. Foto: Freepik

Imagen referencial. Los planificadores de bodas proponen priorizar los eventos durante los fines de semana. Foto: Freepik

Imagen referencial. Los planificadores de bodas proponen priorizar los eventos durante los fines de semana. Foto: Freepik

La organización de matrimonios tiene que reinventarse mientras no se encuentre una vacuna frente al covid-19. Esa es la conclusión de los planificadores de bodas, quienes plantearon un protocolo al Ministerio de Turismo para retomar la actividad en la ruralidad, con un público reducido.

Para Carla Vasco, de Viajes Bodas y más, su sector es catalogado como la industria del romance, ya que no solo implica la organización de matrimonios sino la pedida de mano, organización de la boda civil y eclesiástica, viajes familiares a destinos seleccionados para la realización de la boda, entre otros.

Los planificadores se juntaron a través del grupo Romance Society para adaptar su oferta y buscan trabajar en conjunto con la Asociación de Haciendas y Turismo Rural, para reactivar al sector turístico con
una opción que incluye dos días de alojamiento.

“Los planificadores de Quito, Cuenca, Guayaquil, Ambato, Manta, entre otros, han enviado sus propuestas”, reseña Vasco, y añade que en el 2019 hubo un promedio de 60 000 bodas, de las cuales 15 000 fueron en la Sierra y apenas un 5% se realizaron en la ruralidad.

Entre los protocolos propuestos al MinTur se plantea establecer contratos de servicios, una carta certificada de los novios sobre su estado de salud y el de los invitados que incluya exámenes médicos realizados cuatro días antes del evento, en formatos ‘online’ solicitar información de los invitados para un seguimiento posterior a la boda, contar con un equipo capacitado que vigile a proveedores y locaciones para que cumplan con los protocolos exigidos por la OMS.

También se pide dar prioridad a los recursos tecnológicos en el envío de invitaciones y registro de invitados y proveedores, realizar el evento con un aforo al 25% de la capacidad y priorizar las bodas en fin de semana, para tener un mejor control sanitario de todos los invitados.

Érika Uribe, directora de Bodas y Eventos sociales de la Cámara de Turismo de Samborondón, está a cargo de una estrategia para recuperar la imagen del cantón guayasense y plantearla como una opción para eventos internacionales.

Karina Padilla, diseñadora de bodas, ya está ofreciendo la opción de realizar matrimonios de cuatro personas (los novios y dos testigos), que incluye decoraciones florales y fotografías.

Los planificadores de bodas admiten que la tendencia del ‘eloping’ se ha impuesto como moda: el evento se enfoca en el destino, en la imagen y en un número reducido de invitados.

“Los matrimonios en el desierto de Ica, en Perú, se han puesto de moda. El ‘eloping’ permitió que se organicen bodas en cascadas, montañas y valles, por las fotografías que se pueden obtener. Se apuesta más por la imagen que por la fiesta”, reseña Vasco.

Los planificadores esperan que a fines de junio el MinTur se pronuncie y se establezca un protocolo que les permita retomar su actividad.

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