Los minerales son microscópicos pero vitales para el cuerpo

El potasio es uno de los macrominerales más conocidos. Se encuentra en altas dosis en el plátano. Foto: Archivo.

El potasio es uno de los macrominerales más conocidos. Se encuentra en altas dosis en el plátano. Foto: Archivo.

El potasio es uno de los macrominerales más conocidos. Se encuentra en altas dosis en el plátano. Foto: Archivo.

Existen en pequeñas dosis pero cumplen roles fundamentales. Tal como el combustible da vida a una máquina, los minerales saltan de la tabla periódica de elementos para aportar, a través de una dieta equilibrada, a funciones vitales para el organismo.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destaca algunos papeles de estos inorgánicos: están presentes en el sistema óseo, en la formación de la sangre, en las células, en controlar los latidos cardíacos, incluso regulan la glucosa y combaten el efecto de los radicales libres, responsables del envejecimiento y graves enfermedades.

Los minerales surgen de rocas y metales. Se los encuentra en alimentos de origen animal y vegetal, y conforman un 5% del peso corporal (de 2,8 kg en mujeres a 3,5 kg en hombres).

Para diferenciarlos, Adriana Yaguachi, nutricionista dietista de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), empieza por dividirlos en tres grupos. Los macrominerales son aquellos que se requieren en mayor cantidad, por encima de 100 mg diarios (sodio, potasio, calcio, fósforo, azufre y cloro); los microminerales no pasan los 100 mg (hierro, zinc, yodo, selenio, manganeso, flúor, cobre, cromo…); y los oligoelementos, necesarios en menos de 0,05% pero indispensables para la vida (arsénico, aluminio, estaño y silicio).

¿Cómo consumirlos? Antes de recurrir a suplementos medicinales el especialista en Nutrición, Onay Mercader, recomienda revisar la dieta diaria. En las comidas, las proteínas que agrupan las carnes son una buena fuente.

Estos minerales de origen animal son mejor absorbidos por el organismo. Así que en personas adultas (20 a 60 años), sanas y con actividad física moderada, Mercader aconseja consumir entre 45 y 60 gramos de carnes, dos veces por día, para adquirir hierro y otros nutrientes. Los lácteos, en cambio, aportan calcio y es más fácil encontrarlo en un vaso de leche (8 onzas diarias) o una porción de queso (1 onza).

Sin embargo, por el tipo de alimentación en el país, Lola Navarro, directora de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), identifica ciertas falencias de hierro, calcio, zinc y potasio.

“La falta de hierro genera en los niños problemas de desarrollo cerebral y anemia”. Asimismo, la falta de zinc incide en una baja talla, mientras que la osteoporosis y el raquitismo son consecuencias de la deficiencia de calcio. Mientras que el potasio ayuda a reducir el riesgo cardiovascular, pero hay un bajo consumo.

Su teoría es respaldada por el estudio Iniciativa Micronutrientes (2009). El informe cita que casi un tercio de la población mundial sufre deficiencia de micronutrientes, un fenómeno conocido como ‘hambre oculta’ que se origina por el consumo de dietas de baja calidad nutricional, ricas en cereales y pobres en alimentos de origen animal que tienen muchos minerales.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), evidencia que el 25% de los menores de 5 años sufre anemia y el 28% tiene deficiencia de zinc. En las mujeres en edad reproductiva (12 a 49 años) la prevalencia de anemia es del 15% y la deficiencia de zinc llega al 56%, -una de cada dos mujeres-.

El sodio es otro problema, como explica Navarro. La sal es el ingrediente que más concentra este mineral, necesario para las células. Pero el consumo de alimentos procesados puede sobrepasar sus niveles, sin saberlo. “Incluso productos dulces como gaseosas, chocolates o cakes contienen cantidades de sal para resaltar su sabor. Se les agrega fosfato monosódico o glutamato de sodio, que son preservantes”.

Para Gloria Alovillo, jefa del área de Nutrición del hospital Teodoro Maldonado Carbo, del IESS en Guayaquil, los vegetales también aportan minerales. Sin embargo, en Ecuador casi no son parte de la mesa. “Hay que comer ensaladas y vegetales crudos, porque con la cocción se pierden nutrientes”.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ingesta insuficiente de frutas y verduras es uno de los 10 factores principales de riesgo de mortalidad en el mundo. Por ello aconseja comer un mínimo de 400 gramos diarios (dos o tres frutas y dos o tres raciones de verduras). En Ecuador solo se llega a 183 g, según el INEC.

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