Tras la alerta, las autoridades suspendieron el acceso al lugar, así como las clases en algunos planteles cercanos al sitio. Foto: Joffre Flores/ EL COMERCIO
Tras la activación del COE Cantonal a causa de una nube tóxica originada por el incendio registrado el jueves 12 de junio en las bodegas de Ecuaquímica, ubicada entre la vía a Daule y la Av. Juan Tanca Marengo, en Guayaquil, la entidad hizo la declaratoria de emergencia y se suspendieron las actividades escolares en un radio de acción aproximado de 2.3 kilómetros.
También hay una afectación de menor incidencia que podría llegar a un radio de acción de 4 kilómetros, por los cambios de la dirección del viento.
Según el ingeniero Químico Mauricio Narváez, la nube tóxica puede traer riesgos de dos tipos: humanos y ambientales. Su argumentación se basa en que los productos que se elaboran en Ecuaquímica están destinados, entre otros ámbitos, a la agricultura.
Aseguró que se tratan, en su mayoría, de cloruros que pueden producir gases de efecto invernadero.
El experto dijo también que hay concentraciones de amonio, que pueden ocasionar procesos irritativos en las mucosas y en los ojos.
Según Narváez, el tiempo en el que se disipe la nube tóxica dependerá de la concentración y el tipo de químicos que estaban en la bodega. Aunque añadió que, debido a las condiciones atmosféricas de Guayaquil, en 36 horas podrían reducirse las concentraciones hasta alcanzar niveles tolerables.
Con respecto a los metales pesados, agregó que pueden generar riesgos si es que se da una inhalación directa y prolongada. “Los metales pesados son conocidos por aumentar el riesgo de cáncer”.
En ese sentido, la recomendación que da el experto es cubrir las mucosas con una mascarilla y usar gafas, para evitar los procesos irritativos.
Otro consejo es utilizar colirios lubricantes para los ojos, hacer lavados nasales y consumir líquidos en abundancia. Si los síntomas persisten, se debe acudir al médico más cercano.
En un comunicado de prensa emitido este viernes 13 de junio, el COE Cantonal dio otras recomendaciones a los moradores. Por ejemplo, alejarse en lo posible de las zonas afectadas por la nube tóxica.
En la zona afectada, mantener abiertas las habitaciones para que no se concentre el aire y no usar sistemas de aire acondicionado.
Tapar reservorios de agua para evitar contaminación. Y si se sospecha que el agua estuvo expuesta, no usar el líquido. Se recomendó, igualmente, desechar los alimentos que estuvieron expuestos.