Imagen referencial. Investigaciones han determinado que los niños no son supertransmisores y que no son las mayores víctimas. Foto: Freepik
Desde que se conocieron los primeros informes por Sars–CoV-2 en China, hace más de un año, médicos, padres y responsables políticos han evidenciado que este no es un virus respiratorio más.
De acuerdo con una investigación recientemente publicada en Archives of Disease in Childhood, existe una gran discrepancia en la tasa de casos y el pronóstico entre los niños y los adultos mayores fundados en mecanismos fisiopatológicos que siguen siendo desconocidos, tanto que hay un número significativo de menores sin síntomas o con signos subclínicos que empiezan a sorprender.
Y aunque en un comienzo los niños llegaron a ser considerados como supertransmisores del virus, estudios comunitarios generalizados hechos en Corea del Sur e Islandia han encontrado que la infección de esta población en comparación con los adultos es significativamente menor.
Lo mismo ocurrió en un análisis hecho en la ciudad de Vo, en Italia, donde se demostró que al analizar el 86 por ciento de la población ningún niño menor de 10 años resultó positivo, en comparación con el 2,6 por ciento de la población general, a pesar que varios infantes vivían con personas con covid-19. Y en el Japón, otros estudios generales han demostrado tasas de ataque más bajas en niños, lo mismo que en China.
Con base en la anterior, está surgiendo evidencia fuerte de que los niños podrían tener una probabilidad significativamente menor de infectarse que los adultos y, por otro lado, según el estudio, “los niños podrían tener una infección respiratoria superior más transitoria, con una diseminación viral mínima”.
Para la muestra está que en Colombia de todos los casos detectados, que hasta el viernes eran 2’142.660, solo el 3,11 por ciento eran niños menores de 10 años, 66.787, mientras que por encima de los 50 años había 630.429 infecciones, lo que representa 10 veces más.
“Según esas cifras, pareciera que los niños se infectan menos, algo que ya tiene evidencia; sin embargo, ha crecido la idea contraria de que hay que mantenerlos en casa porque son supertransmisores, algo que aún no se ha verificado”, afirma Pedro Cifuentes, experto en salud pública.
Al respecto, el artículo en Archives of Disease in Childhood indica que un análisis de conglomerados familiares en diferentes partes del mundo halló que los niños probablemente no serían el caso inicial en los hogares y solo responderían por uno de cada diez.
Un estudio más amplio en la provincia de Guangzhou, en China, encontró que esta tasa es aun menor, solo del 5 por ciento, al relacionar niños como casos iniciales en la transmisión de los hogares.
Por su parte, un estudio de casos en los Alpes franceses incluyó a un niño con covid–19 confirmado que no pudo transmitirlo a ninguna otra persona a pesar de haber estado en contacto con más de 100 niños en diferentes escuelas y una estación de esquí.
En el mismo sentido, una investigación en un entorno escolar de Nueva Gales, en el sur de Australia, siguió 863 contactos cercanos de nueve niños con el coronavirus y no halló evidencia de que hubiesen infectado a los maestros. Otro estudio de los Países Bajos basado en datos de atención primaria sugiere que el Sars-CoV-2 se transmite principalmente entre adultos y de familiares mayores de edad a niños.
Como concluyen los investigadores, aunque estos datos han sido consistentes en todas las regiones, se requieren análisis de seroprevalencia para ratificar los hallazgos.