El poeta chileno Nicanor Parra falleció este martes 23 de enero del 2018 a los 103 años. Foto: AFP
El futuro antipoeta, nació el 5 de septiembre de 1914, en San Fabián de Alico, Región del Biobío, chileno. Fue el primogénito de nueve hijos que procreó el matrimonio Parra- Sandoval. El apego por las letras, la música y las artes la heredó, al igual que sus hermanos, de su padre, maestro de escuela, músico y aventurero, y de su madre tejedora, modista y cultora aficionada del folclor araucano.
El arte es la sazón diaria en la casa de los Parra Sandoval, y lo será por siempre, hasta que esa numerosa familia se convirtió en un referente de la poesía, el canto y la música popular de Chile para el mundo. Comenzando por los padres, los hijos, los nietos y bisnietos han sido herederos de la simiente artística. Donde sobresalieron la poetisa y cantautora, Violeta y el antipoeta Nicanor.
Fue romántico y conquistador. Formalmente tuvo tres matrimonios y seis hijos. Sus descendientes también abrazaron las artes, como profesión o forma de vida.
Formalidad académica, lecturas y rupturas
Las idas y venidas de sus progenitores atentaron contra la estabilidad escolar de la numerosa prole, que a duras penas concluye los estudios primarios, a excepción de Nicanor, hermano mayor, quien partió a Santiago y mediante una beca de la Liga de Estudiantes Pobres, se graduó de bachiller.
Pero el bachillerato fue un paso más y no la meta, en 1933 ingresa a la Universidad de Chile y cuatro años después se gradúa de profesor de matemáticas y física. Con este título comienza a ejercer la docencia e incidir directamente en sus hermanos menores, pues años antes había fallecido su padre.
Como que la física le apasiona o es un pretexto para buscar otros entornos y lecturas, consigue otra beca, esta vez para un posgrado en los Estados Unidos, donde se gradúa de ingeniero mecánico y a su regreso en 1946 le espera en la Universidad de Chile una cátedra y la dirección de la Escuela de Ingeniería, hasta 1968. Otra escapadita académica se produjo a Inglaterra en 1949, para estudiar Cosmología en Oxford, no hubo título, pero fue fundamental esta instancia de 4 años para consolidar su concepto y proyección antipoética.
Sus primeras lecturas le identifican con los modernistas, por eso sus trazos poéticos iniciales tienen un corte romántico, hasta que en el internado secundario conoce a 3 jóvenes, que más tarde serán los poetas Jorge Millas y Luis Oyarzún, y el artista plástico, Carlos Pedraza. En este momento se riegan las primeras semillas de lo que más tarde se conocerá como antipoesía.
Pronto sus preferencias se orientan hacia Walt Whitman, Shakespeare, García Lorca, Martín Fierro, Ezra Pound, Thomas Eliot, Willian Blake, Franz Kafka, John Donne, Freund, Chaplin y el Surrealismo.
El antipoeta
Su producción literaria comienza en las aulas colegiales y universitarias, que llega a sus amigos y colegas, para más tarde abrir el abanico y proyectarse a ambientes nacionales e internacionales. Pero la propuesta de Nicanor Parra, también rompe los esquemas en cuanto a género, formato y presentación: hay cuentos y poemarios y obras poéticas a manera de tarjetas, murales, collage, artefactos y aparatos, que articulan un lenguaje escrito y visual, coloquial y popular, y con lugares comunes, para con ironía, humor negro, sarcasmo e irreverencia desacreditar y desacralizar a la poesía y al poeta. Así se configura su propuesta antipoética.
Esta poesía irreverente y desafiante al establecimiento literario modernista y romántico de la época, que lo sostenían Pablo Neruda, Vicente Huidrobo y Pablo de Rokha, comienza a llamar la atención y concitar críticas en todo sentido.
Solo le faltó el Nobel
Pronto aparecen los reconocimientos y galardones. Entre los numerosos y más significativos podemos citar: El Premio Municipal de Poesía de Santiago, que lo gana dos veces, en 1938 y 1955. En 1969 recibe el Premio Nacional de Literatura. El Juan Rulfo en 1991. El Reina Sofía el 2001. El Miguel de Cervantes el 2011 y el Pablo Neruda en 2012. Le fue esquivo el Nobel, a pesar que le postularon en varias ocasiones.
La academia chilena y mundial ha reconocido la propuesta y producción poética de Nicanor Parra, mediante doctorados honoris causa y permanentes trabajos investigativos y monográficos de su obra.
Recorrió América, Europa y los Estados Unidos, donde se nutrió de otras culturas y dio sustento a sus antipoemas. Luego el planeta ha recibido su obra, expuesta y caracterizada en varios idiomas.
Poeta sin ideología
Nicanor Parra, aparecía como un apolítico o anarquista, por eso no concebía una poesía militante o ideológica como la de Pablo Neruda, pero no fue ajeno a la Revolución Cubana, ni a la Izquierda Latinoamericana, tampoco a la Unidad Popular de Salvador Allende, a su manera les apoyaba y tenía buenos amigos, hasta cuando cayó en desgracia por tomarse un té y fotografiarse, en la Casa Blanca, con la esposa del entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon. Fue tildado de todo e ignorado.
No se opuso al golpe militar del 11 de septiembre de 1973 y la dictadura de Pinochet, al principio aceptó un cargo en el Instituto Pedagógico, pero no duró mucho. De ahí en adelante evitó la confrontación, tanto en la poesía como en la cátedra universitaria, esta actitud y algunos elogios posteriores al dictador, merecieron el rechazo y repudio de muchos sectores intelectuales, académicos, políticos y sociales, que fueron víctimas de las torturas, persecución, desaparición, exilio y muerte. Por esta época aparece en uno de sus artefactos visuales la frase irónica “La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas”.
Hasta el final irreverente
Nicanor Parra, no solo fue un longevo cronológico sino también literario. Tuvo una dilatada y controvertida vida de creador, traductor, crítico, expositor, conferencista, docente y conversador. En los últimos 25 años se dedicó a recorrer su país, el continente y el planeta exponiendo y exhibiendo su peculiar estética poética y recibiendo pergaminos y homenajes.
Sus “Discursos de Sobremesa” y su apuesta por la naturaleza, marcaron los últimos años de producción artística y humana. Finalmente vinieron por todo Chile y gran parte del mundo los actos académicos, artísticos, culturales e intelectuales para celebrar los primeros 100 años de existencia del antipoeta.
Fue el primero de nueve y el penúltimo en partir, solo Eduardo le sobrevive. Nicanor acumuló a lo largo de su vida el dolor de haber despedido a sus padres y siete de sus hermanos menores. Vivió más de un siglo y, más de seis décadas las dedicó a producir su antipoesía. El inventario poético es abundante, pero con los días irán apareciendo versos y narrativas desconocidos.
Ahora que se ha ido para siempre, vale recordar la percepción que tuvo de la muerte y que quedó grabada en una de sus bandejas poéticas: “Para eso se hizo la muerte. Para medir el transcurso del tiempo”.
Haciendo un arbitrario muestreo citamos unos pocos títulos de su obra, porque lo contrario sería interminable:
“El Gato en el camino”, cuento de 1935
“Canciones sin nombre”, poemario de 1937
“Quebrantahuesos”, poesía mural de 1952
“Poemas y antipoemas”, poemas de ruptura, 1954
“Discursos de sobremesa”, poemas de 2006
“Artefactos” poesía visual de 1972
“Manifiesto” 1963
“Sermones y prédicas del Cristo del Elqui”, 1977
“Chistes para (Parra) desorientar a la poesía (policía), 1983
Dejó consignado su
EPITAFIO
De estatura mediana,
Con una voz ni delgada ni gruesa,
Hijo mayor de profesor primario
Y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
Aunque devoto de la buena mesa;
De mejillas escuálidas
Y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca de ídolo azteca
-Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida-
Ni muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!
Graficó su
AUTORRETRATO
Sin embargo yo fui tal como ustedes,
Joven, lleno de bellos ideales,
Soñé fundiendo el cobre
Y limando las caras del diamante:
Aquí me tienen hoy
Detrás de este mesón inconfortable
Embrutecido por el sonsonete
De las quinientas horas semanales.
Con su antipoesía
LOS POETAS BAJARON DEL OLIMPO
Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.
Contra la poesía de las nubes
Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firme
—Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos—
Contra la poesía de café
La poesía de la naturaleza
Contra la poesía de salón
La poesía de la plaza pública
La poesía de protesta social.