El hallazgo fue realizado en ratones por investigadores del Centro de Investigación Janelia, del Instituto Médico Howard Hughes, en Virginia. Foto referencial: Pixabay.
Estas células nerviosas serían un producto de la evolución. Buscan estimular a los seres vivos a aventurarse en ambientes de riesgo con el fin de que encuentren alimentos para subsistir.
Son las neuronas responsables de que las personas terminen cediendo a la tentación de comer. Las que van minando la voluntad hasta que logran derrotar el autocontrol, lo que produce que quien está a dieta tenga una desagradable sensación de hambre.
Se trata de un grupo de células nerviosas -llamadas AGRP– que se encuentran en el hipotálamo y que producen una proteína que se considera el más potente y duradero estimulante del apetito.Otro grupo de neuronas que se encuentran en una zona vecina del cerebro sería el encargado de generar la sensación de sed.
El hallazgo fue realizado en ratones por investigadores del Centro de Investigación Janelia, del Instituto Médico Howard Hughes, en Virginia. El trabajo se publica en la revista especializada Nature.
Se trataría de un mecanismo evolutivo que estimula a los seres vivos a aventurarse en ambientes de riesgo, con el fin de que encuentren alimento.
Hasta ahora se pensaba que el estímulo para comer funcionaba gracias a que el cerebro asociaba sensaciones positivas a la comida. Pero en este caso, lo que se ve es que se produce una sensación desagradable que lleva a buscar alimentos. Cuando el animal logra encontrarlos, estas neuronas reducen su actividad.
“Esta motivación es del mismo tipo para el hambre y la sed. En ambos casos, lo que busca el animal es terminar con esa sensación desagradable”, dice Scott Sternson, quien lideró las investigaciones en Janelia.
Lograr manipular las neuronas AGRP es el próximo paso de estos científicos, lo que en el futuro facilitaría perder esos kilos de más cuando las personas se pongan a dieta.