José Javier Guarderas (izq.) de Seginus, Raúl Ledesma, ministro de Ambiente y Norman Wray, presidente del Consejo de Gobierno de Galápagos en rueda de prensa. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Un piquero de patas azules, creado con restos de llantas, fue una muestra de los múltiples usos que pueden tener estos artículos una vez que dejan de rodar. La materia prima para esta artesanía fue extraída de los rellenos sanitarios de Galápagos, que en el 2020 será declarada la primera provincia del país libre de neumáticos.
15 000 neumáticos han sido detectados en las islas San Cristóbal y Santa Cruz. De ese total, 9 000 llegaron este lunes 16 de diciembre de 2019 a PuertoGal, en el sur de Guayaquil, para ser parte de un proceso de economía circular que les dará una segunda oportunidad.
El resto arribará hasta febrero de 2020, como explicó Carolina Sánchez, gerente del Programa de Gestión Integral de Desechos Sólidos del Ministerio del Ambiente. “Estamos definiendo un cronograma para evitar que se acumulen y planificando actividades periódicas para traer los neumáticos al continente cada tres o cuatro meses”, explicó.
La captación y el reciclaje de las llantas en desuso es un trabajo del Sistema Ecuatoriano de Gestión Integral de Neumáticos Usados (Seginus). Este funciona a través del cobro de USD 1, conocido como eco-valor, monto que paga el consumidor final al adquirir un neumático nuevo.
Andrés Pino, presidente del directorio de Seginus, explicó que esta iniciativa surgió hace cuatro años y ha reunido a 31 empresas, que representan el 75% del mercado de neumáticos en el país. En conjunto han definido estrategias para reinsertar sus desechos en nuevos procesos productivos. “Somos el primer sistema colectivo que aporta a la economía circular”, dijo.
En Ecuador, se calcula que cada año se desechan 2,4 millones de ruedas. Desde 2018, Seginus ha logrado enviar a reciclaje 2 millones de llantas fuera de uso, en todo el país.
José Javier Guarderas, director ejecutivo de Seginus, explicó que han desarrollado un software para seguir la pista de los neumáticos desde su producción o importación hasta su aprovechamiento final. Además, georreferenciaron 1 600 puntos de recolección de llantas en el país. Su actividad ha generado USD 6 millones en nuevas inversiones privadas y cerca de 600 nuevos empleos.
El ministro del Ambiente, Raúl Ledesma, aseguró que esta iniciativa promueve la protección ambiental y fomenta la economía circular, por lo que se busca extenderla a otras provincias. En Santo Domingo, por ejemplo, han sido recolectadas 40 000 ruedas, y otras 30 000 en Manabí. “Esto no es basura, es materia prima”, recalcó.
Las ruedas que entran a procesos de reciclaje se transforman en nuevos materiales: se incorporan a la capa asfáltica, forman suelas para zapatos, artesanías y pisos de caucho, como los que fueron colocados en PuertoGal para la presentación de las llantas extraídas de Galápagos.
El objetivo de esta iniciativa es la protección ambiental y la economía circular. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
En febrero de 2018, un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) concluyó que las micropartículas de plástico que se desprenden de productos industriales, como los neumáticos, representan el 30% de la basura que contamina los océanos. Sus componentes químicos, que son cerca de 200 productos tóxicos, pueden contaminar el agua, afectar al suelo y a las especies.
Por eso, años atrás surgió la iniciativa Galápagos libre de neumáticos usados. En el 2012 habían sido identificadas 35 000 en las islas y 7 000 fueron cedidas a una empresa de Guayaquil para su reutilización en la elaboración de pisos de caucho.
Norman Wray, presidente del Consejo de Gobierno del archipiélago, indicó que el actual proyecto tomará impulso dentro del Pacto por la Economía Circular, firmado en agosto pasado. Su objetivo es incentivar el uso eficiente de recursos, reducir, reutilizar, reciclar e industrializar los elementos residuales inmersos en procesos de producción.
Seginus además analiza alianzas con otros ministerios. Con Transporte y Obras Públicas busca acelerar el desarrollo del uso de polvo de asfalto en mezclas que incluyan caucho de llanta para la construcción de vías. También proponen difundir programas de educación ambiental en escuelas públicas.