El profesor de música Freddy Mora, junto con Eduardo Cargua, ensayan villancicos con los estudiantes del Borja 1. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Cuentos en los que cada alumno narra o dibuja su propia historia de Navidad. Pesebres gigantes, cuyas figuras son colocadas por niños, quienes luego se juntan para rezar la novena.
Ese es el ambiente que se vive en las escuelas y colegios, cuando falta una semana para celebrar el nacimiento de Jesús. Según el cronograma del Ministerio de Educación, los 1,5 millones de alumnos que estudian en el régimen Sierra- Amazonía, en el vigente ciclo lectivo, tendrán vacaciones desde el lunes 25 de diciembre del 2017 y volverán a clases el martes 2 de enero del 2018.
Previo a eso, en los centros educativos se han desarrollado diferentes actividades en las cuales se habla sobre el sentido de esta festividad. Por ejemplo, en el Colegio Borja 1 de la capital, la prioridad es inculcar sentimientos de solidaridad hacia el prójimo y la unión familiar. Lo anota Rocío Iza, vicerrectora del plantel.
Al ser establecimiento católico aprovechan materias como religión y educación cultural. En la primera enseñan, en esta temporada, la vida de San Nicolás, quien compartió su fortuna con los más necesitados y luego su historia inspiró para crear la idea de Papá Noel. En la segunda les hablan sobre las tradiciones de la Nochebuena en otros países.
Los 320 alumnos, que estudian en el Borja 1, donan prendas de vestir nuevas para personas de escasos recursos.
En estos días, los alumnos hablan sobre la Navidad. Rafael M., de 11 años, de séptimo de básica, cree que la novena es la mejor tradición. Le permite compartir momentos de alegría con sus parientes.
A él, sus maestras le han dicho que la fecha es para mantener viva la unión familiar.
Ideales parecidos se transmiten en los 1 150 centros que integran la Confederación de Establecimientos de Educación Católica del Ecuador.
Su presidente, Rómulo López, señala que este año se difundió entre sus 460 000 estudiantes y 22 000 profesores el mensaje navideño del papa Francisco: “El regalo eres tú, cuando eres de verdad amigo y hermano de todo ser humano”.
En las unidades educativas laicas también se aprovecha la época para hablar de valores. Los estudiantes de la Escuela Ángel Polibio Chávez (APCH), en el valle de Los Chillos, elaboraron un árbol con materiales reciclados.
Lo adornaron con hojas de papel o cartones en los que se escribieron las palabras: “respeto”, “bondad”, “honestidad”, “amor”, “solidaridad”, “afecto”, entre otras.
No usaron bombillos o figuras como adornos. Con ello se buscó dejar a un lado el consumismo y demostrarles a los estudiantes que el nacimiento de Jesús se puede celebrar con detalles sencillos.
En el APCH, diciembre es el mes de la solidaridad. Por eso, los jóvenes de secundaria recolectan ropa y dulces para entregarlas en fundaciones.
Maritza López es la directora general del APCH. Cuenta que en lo académico, se organiza un certamen de cuentos navideños entre los 200 alumnos.
Los de educación inicial los elaboran a través de dibujos y el resto los escribe. Así se busca que despierten el gusto por las letras. Para los más pequeños, la idea es que desarrollen su imaginación con historias sobre Santa Claus, los reyes magos u otros personajes.
En medio de eso, algunos alumnos hablan sobre la existencia de Santa. ¿Hasta qué punto es recomendable que los niños vivan la Navidad con cuentos y fantasía? Para Lía Peñaherrera, psicóloga de la U. Salesiana, lo primordial es que a los chicos se les hable sobre los valores. De ahí cada padre decide si le habla de papá Noel u otras historias.
Alicia Abad es otra especialista que trabaja con niños. Ella apoya la idea de despertar su imaginación hablándoles sobre la existencia de Santa Claus, los renos u otros.
Sin embargo -añade Abad- la mayoría de chicos ya no cree en ese tipo de historias en estos días. Por ejemplo, Rafael no encuentra sentido en el relato de que Santa Claus ingresa por la chimenea a dejar los regalos cuando hay miles de viviendas que no tienen una. Pero dice que Jesús está presente en todo lugar y cuida a la gente.
Lo mismo repite Anabel N., de 9 años. Cree que el Niño Dios la visita y la premia porque sacó buenas notas, se portó bien en la casa y ayudó en las tareas del hogar.
En el Colegio Quito también preparan cuentos navideños, pero en las clases de literatura, indica su rectora Marianela Olipa. El presidente del Consejo Estudiantil, Kevin A., de 17, escribe la historia de un niño de 10, Fernando, cuyos padres murieron y toda la gente del barrio le entrega presentes cada 25 de diciembre. El cuento se llama ‘Regalando una sonrisa’ y aspira sacar 10 con este trabajo. Le falta poco para terminarlo y lo leerá a su hermana en la Nochebuena.
En contexto
En Ecuador, los estudiantes de escuelas y colegios tienen 200 días de clases. Durante el ciclo escolar se realiza una pausa durante las fiestas de Navidad y Fin de Año. En la primera semana de febrero se termina el primer quimestre en la Sierra y Amazonía.