Músicos se forman en los vacacionales

Los estudiantes aprenden a tocar el bombo y la marimba.  Gestores culturales imparten las clases de música. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO

Los estudiantes aprenden a tocar el bombo y la marimba. Gestores culturales imparten las clases de música. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO

Los estudiantes aprenden a tocar el bombo y la marimba. Gestores culturales imparten las clases de música. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO

El sonido del bombo y de la marimba se escapa del auditorio de la Casa de la Cultura de Esmeraldas. Se escucha en la calle Sucre, entre Mejía y Salinas, en el centro de la urbe esmeraldeña, donde se ubica esa institución.

La fusión de sonidos de esos instrumentos ancestrales atrae a los transeúntes, que pasan por el sitio para observar los ensayos de los nuevos talentos de la música vernácula.

Desde hace un mes, 30 niños aprenden sobre los instrumentos de percusión como el bombo, cununo, así como la marimba, en la Casa de la Cultura Núcleo Esmeraldas, que este año dicta cursos permanentes.

José Cangá, un niño de 9 años, aprende percusión. Durante una hora, con algunos intervalos, golpeó el bombo según las indicaciones de su maestro, mientras que Luisa Araujo ensaya las notas musicales en el teclado de una marimba tradicional.

La ilusión de ambos es aprender a tocar esos instrumentos de los que sus maestros les han hablado en la escuela, en las clases de etnoeducación. Luisa, por ejemplo, quiere aprender marimba para hacer fusión con sonidos clásicos como el violín.

Su ilusión es integrar una de las dos sinfónicas de la ciudad, que fusionan sonidos para dar mayor melodía a la música de la cultura afro.

En medio del eco que se escucha en el auditorio, José Cangá insiste en tocar el bombo, porque quiere aprender mapalé, uno de los géneros tradicionales que se danza con mucha energía en la pista.

A través de la Casa de la Cultura de Esmeraldas se enseña sobre cómo golpear el bombo con un mazo, a un costado del instrumento, y el uso de la baqueta con la que se golpea la parte superior del bombo.

Los más pequeños de la clase aprenden a tocar el cununo. Sus delicadas manos quedan rojas tras golpear el cuero para obtener el sonido requerido.

Durante la clase que dura una hora, los maestros dan indicaciones sobre cómo golpear para obtener las notas musicales para acompañar cada una de las piezas musicales, parte de la tradición.

El trabajo de preparación de nuevos talentos de la música ancestral no solo lo hace la Casa de la Cultura Núcleo Esmeraldas, también lo realizan el Municipio y la Prefectura de Esmeraldas, a través de sus departamentos de Cultura.

Entre las tres instituciones reciben a cerca de 150 niños, quienes aprenden marimba, danza y percusión por parte de gestores culturales.

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