Imagen referencial. Los zapatos para correr se deben escoger de acuerdo a las necesidades de las personas. Foto: Max pixel
Correr al aire libre sobre el asfalto o en terrenos agrestes es una de las alternativas más practicadas durante el último año para mantenerse en forma y despejar la mente. Tras pasar la mayor parte del día dentro de casa -por la emergencia sanitaria- respirar un poco de aire puro resulta un gran aliciente.
En Quito, la gente se ejercita en el parque de La Carolina, Bicentenario o Metropolitano, y allí se los observa con zapatos de diferentes diseños, marcas y colores. Los más arriesgados corren con pupillos, calzado diseñado para jugar fútbol en una cancha con césped sintético.
¿Cuál es el riesgo de correr con el zapato equivocado?
Cuando las personas se ejercitan con un zapato que no se ajusta bien a su pie y a la actividad que practican corren el riesgo de sufrir tendinitis y fascitis plantar. Esta última se produce por la inflamación de la fascia plantar -tejido fibroso- que rodea la musculatura del pie y que va desde el talón hasta la punta de los dedos. Es dolorosa y, por lo general, requiere de supervisión médica.
Con el paso del tiempo también se pueden afectar los tobillos, rodillas y cadera.
Hay un calzado específico para cada deporte
Así como existen zapatos para jugar fútbol en cancha de tierra y para mostrar las destrezas en un campo sintético, también existe un calzado específico para correr sobre el asfalto o en la montaña. Estos últimos -explica el entrenador Franklin Tenorio- poseen un labrado especial para un mejor agarre. Cuando la planta es lisa, el deportista corre el riesgo de resbalarse y de sufrir una serie de lesiones.
Como en la montaña hay piedras, la suela de esos zapatos suele ser mucho más resistente. La suela de los zapatos para correr en asfalto, en cambio, se dobla con facilidad.
Verifique el tipo de pisada
Una vez definido el terreno donde va a ejercitarse es importante comprobar el tipo de pisada para, en función de eso, seleccionar el calzado adecuado.
El deportólogo José Reinhart cuenta que existen tres tipos de pisadas: neutra, pronadora y supinadora. En este último caso la mayor parte del cuerpo se focaliza en el exterior del pie. Lo contrario ocurre con la pisada pronadora. Ambos casos, explica el especialista, se pueden corren corregir con el uso de una plantilla especial. Para determinar el tipo de pisada se sugiere visitar a un especialista, aunque muchas tiendas de calzado cuentan con máquinas de última tecnología para verificar aquello y en función de eso seleccionar el zapato.
Sobre la talla
Uno de los errores más comunes al momento de seleccionar un zapato es comprar el modelo con la talla justa. Se trata de una decisión errónea porque los pies tienden a hincharse durante la práctica de alguna actividad deportiva y más aún cuando se trata de largas distancias. Por ello, la sugerencia del entrenador Franklin Tenorio es la de comprar un zapato con una media talla o una talla adicional.
Es el zapato adecuado cuando, una vez colocado, puede ingresar su dedo índice -por la parte del talón- con total comodidad. Ese espacio le permitirá un mejor desempeño y reducirá el riesgo de perder una uña en el camino o de terminar con callos.
¿Cada qué tiempo se cambian los zapatos?
Expertos aseguran que los zapatos para correr sobre asfalto soportan un recorrido de hasta 1 000 kilómetros, mientras que el calzado de montaña llega a los 1 300 kilómetros. Con el paso del tiempo se desgasta la suela, pero también ese acolchonamiento que reduce el impacto en cada zancada.
Sobre ese tema, los expertos apuntan que las personas más pesadas y con menos experiencia requerirán unos zapatos con un mayor amortiguamiento.