Imagen referencial. Nuevos métodos de investigación se están aplicando a células humanas, y esto ha levantado algunos cuestionamientos bioéticos al respecto. Foto: EFE.
En el centro New Hope de Guadalajara, en México, nació este año un bebé que recibió bastante atención de los medios. Fue noticia en el mundo debido a que su configuración genética proviene de tres personas: su padre, su madre y una donante de genes.
Alejandro Chávez, director del centro médico donde nació este bebé, indicó que se trata de un método de reproducción asistida más sofisticado que los tradicionales. Y es que este tipo de intervención científica involucra la modificación genética en estado embrionario.
Muchos reportes periodísticos hablaban de que este es el primer bebé con tres padres. Chávez, sin embargo, ha asegurado que esto es algo inexacto.
En este caso, que fue publicado en la revista New Scientist, se utilizaron tanto el óvulo de la madre como el de una donante. Se extrajo el núcleo del óvulo de la madre, y se lo depositó en el óvulo donado, al cual se le había extraído previamente el núcleo, dejando que las mitocondrias de la célula actúen con el núcleo injertado. Este óvulo fue posteriormente fecundado con el esperma del padre elegido.
La madre, en este caso, es portadora de una mutación genética que causa síndrome de Leigh, una condición que había causado que ella ya perdiera dos hijos.
Esta mutación se da a nivel del ADN mitocondrial, razón por la cual tuvieron que utilizar las mitocondrias sanas de un óvulo que no le pertenecía a la madre.
En Suecia, mientras tanto, otro grupo de investigadores trabaja en la edición genética de embriones humanos. El biólogo Fredrik Lanner, profesor asistente del Departamento de Ciencias Clínicas del Karolinska Institute en Suecia, es el primer investigador que está intentado modificar el ADN de embriones humanos.
El objetivo de su trabajo, que ha sido publicado por la revista Science, es el de buscar pistas que puedan ayudar a evitar abortos espontáneos y encontrar incluso nuevas formas de tratar la infertilidad.
El método utilizado en Suecia, no obstante, es completamente diferente a lo que se ha hecho en México. Lanner está utilizando una estrategia denominada Crispr/Cas9, que prácticamente podría entenderse como una herramienta que permite copiar y pegar material genético.
Consiste en una proteína bacterial modificada, que junto a una cadena de ARN puede dirigirse a una secuencia específica de ADN defectuosa y reemplazarla por la secuencia correcta.
A escala mundial, se generaron preocupaciones por este tipo de investigaciones, por el temor de que este tipo de modificación genética pudiera desencadenar eventualmente en la alteración genética de humanos, para obtener, por ejemplo, bebés con características específicas.
En el caso de Lanner, su investigación se realizará en el transcurso de un máximo de 14 días de desarrollo embrionario y, según ha indicado, la ciencia podría verse enormemente beneficiada por sus hallazgos durante ese tiempo.
“Si logramos entender cómo las células son reguladas en el embrión, este conocimiento ayudará en el futuro a tratar pacientes con diabetes, párkinson o, incluso, diferentes tipos de ceguera” ha indicado Lanner en un reportaje publicado por la red radial estadounidense NPR.
La posibilidad de generar superhumanos o niños con características específicas a medida está lejos de ser real. Así lo asegura la PhD y académica Paola Leone, presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Genética Humana.
“Las características humanas, como el color del pelo o de los ojos no son determinadas por un solo gen, sino por un grupo de genes. Son tantas las características humanas y tantos los grupos de genes, que actualmente nadie realmente se podría plantear la idea de producir ‘niños a la carta”.
Leone indica que actualmente se conoce que algunos genes están involucrados con el desarrollo de ciertas características, pero no se ha determinado a qué grupo pertenecen, por un lado, y por otro, no se conoce en qué parte de las secuencias de ADN se podrían encontrar dichos genes.