La comadre Vicente (Rita Reyes) y el compadre Fortunato (Carlos Chiriboga) son los actores principales de show costumbrista. Foto: Gabriel Proaño / EL COMERCIO
“Allá arriba en ese cerro / hay palo colorado, / donde pongo mi sombrero /cuando estoy enamorado”. Es uno de los amorfinos que el compadre Fortunato Quijí recita para los visitantes del Parque Histórico Guayaquil, en el sector de la avenida Samborondón.
Don Fortunato es interpretado por Carlos Chiriboga, un soldador de origen campesino convertido en actor hace casi tres lustros, que representa la ingenuidad y la coquetería del trabajador montuvio.
Junto a la comadre Vicenta ‘Sardibia’ (el apellido se escribe con ‘ele’ pero se pronuncia con ‘ere’) reciben al público que visita entre semana la casa de campo y los fines de semana protagonizan un show de contrapunto, coplas, amorfinos y leyendas de la Costa.
El grupo Los Compadres cumplió 15 años exaltando la expresión y tradiciones del campesino costeño, con representaciones en la casa de hacienda San Juan.
En las ‘ambientaciones’ de miércoles a domingo hablan sobre el trabajo cotidiano del montuvio y a través de amorfinos enseñan su esencia, “su relación con las cuestiones mitomágicas, el duende o el pata e cabra…”, cuenta Chiriboga de 57 años.
El show montuvio de sábados y domingos pone en escena la “sociolingüística montubia” del compadre y la comadre, enfrentando a Vicente y Fortunato, una pareja de esposos. La puesta en escena, que se basa en la copla y el contrapunto, arranca risas a las más 200 personas que se reúnen a las afueras de la casa hacienda en cada función.
“El show gira en torno a nuestras tradiciones orales, dancísticas, musicales. Hacemos una exaltación de la cultura montuvia en sus formas de expresión”, dice Chiriboga.
En esa lucha casi sexista siempre sale perdiendo Fortunato. “Las mujeres son del diablo / son parientes del demonio / en cambio los hombres somos, hijitos de San Antonio”, recita el montuvio.
“Que los hombres son del diablo / eso nunca yo lo dudo / por si no se han dado cuenta / casi todos son cachudos”, responde Vicenta, interpretada por Rita Reyes, actriz hace 25 años.
Además de Reyes y Chiriboga el grupo lo integran el guitarrista Fernando Arboleda (como el compadre Sigifredo) y Manuel Escobar (Agapito), director de Los Compadres. Todos son originarios de pueblos de la Costa, Reyes recuerda las visitas de su infancia a la finca cacaotera de su abuelo en la provincia de El Oro, escalando árboles de zapotes e higos.
Aunque Rita Reyes, de 45 años, dice que en ocasiones ha encontrado en el show a mujeres mucho más montuvias de lo que es ella. “De repente encontramos en el público personas que se desplayan a decir amorfinos, que encuentran aquí el ambiente ideal para expresarse y sacar eso que son”.
Los Compadres hacen visitas de campo cuando necesitan refrescar el repertorio o profundizar conocimientos. Chiriboga dice que alrededor de los pueblos el montuvio ha cambiado el sombrero por la gorra y el caballo, por la moto, pero aún es posible encontrar la cultura viva en las profundidades del campo.
“Cuando vamos a Balzar (Guayas) ingresamos una hora en canoa al sector de Platanales, por ejemplo. Allí la montuviada está vivita. Uno se queda boquiabierto con sus expresiones”.