La primera función cancelada en La Orquídea despertó un fantasma

'Boyhood' de Richard Linklater es una de las películas que mayor expectativa levantó entre la gente que acude al festival La Orquídea. Foto: Sundance Institute/IMDb

'Boyhood' de Richard Linklater es una de las películas que mayor expectativa levantó entre la gente que acude al festival La Orquídea. Foto: Sundance Institute/IMDb

'Boyhood' de Richard Linklater es una de las películas que mayor expectativa levantó entre la gente que acude al festival La Orquídea. Foto: Sundance Institute/IMDb

Desde Cuenca

Un fantasma recorre por las proyecciones de La Orquídea en Cuenca, uno que ya se dejó ver en ediciones pasadas sentando un precedente y que hoy (sábado, 15 de noviembre), poquísimo antes de las 14:45, volvió a aparecer: el de las cancelaciones o cambios de función a última hora. Sucedió con ‘Boyhood’, una de las películas que más expectativa levantó entre la gente que acude a la programación del festival.

Anunciada para hoy, a las 14:45, en el Teatro Carlos Cueva Tamariz, la película de Richard Linklater, rodada durante 36 días repartidos en 12 años, fue reemplazada por’Vivir es fácil con los ojos cerrados’, de David Trueba, exhibida ayer (14 de noviembre) como filme inaugural.

Un papel pegado sobre el afiche de cartelera daba cuenta del cambio, y un “otra vez lo del año pasado” se escuchó, breve pero molesto, entre quienes se acercaban a la boletería, especialmente aquellos venidos de fuera de la ciudad y que acomadaron sus tiempos para aprovechar de mejor manera a La Orquídea.

El otro horario anunciado para ‘Boyhood’ es el de este jueves 20 de noviembre, a las 20:30, en Multicines Millenium Plaza.

El resto de actividades funcionaron en su totalidad, los talleres de actuación así lo demostraron. En su segunda jornada este espacio recibió a Ariadna Gil, quien compartió sus vivencias en el mundo de la interpretación con una docena de actores nacionales. El gancho que significa la presencia de renombradas personalidades del cine iberoamericano llama la atención y convoca a las salas, casi tanto como la lograda selección de cintas y la gratuidad para la entrada.

Las salas están llenas durante las proyecciones y antes de ellas las filas se extienden bordeando aceras... Hay público. Pero si los problemas de programación persisten –que no llegó o no funcionó la copia fueron algunas razones esbozadas-, si no se solucionan definitivamente las cancelaciones se corre el riesgo de que la democratización del cine y la cultura que abandera al festival se difumine y que “el éxito total”, anticipado por la voz de la política provincial, no pase de ser otro intento.

Por supuesto, se comprenden esfuerzos y que los errores y contratiempos ocurren cada tanto en eventos de esta talla… pero se comprende también el mal sabor que queda en un público frustrado por no obtener lo que le fue ofrecido. Ojalá, no se repita…

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