La leche materna evita el desarrollo de alergias, fortalece el sistema digestivo y reduce significativamente el riesgo de que el bebé padezca en el futuro de diabetes, obesidad y asma. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Los nutrientes que posee la leche materna la convierten en el único y mejor producto en el mundo para alimentar a un bebé. De allí se desprenden las múltiples campañas para fomentar la lactancia materna y una nutrición saludable de la madre durante ese período.
En estos días -del 1 al 7 de agosto- precisamente, se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna en alrededor de 170 países. El objetivo es concienciar a las madres sobre la importancia de nutrir al bebé con su leche para mejorar la salud de los infantes en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud.
La leche materna evita el desarrollo de alergias, fortalece el sistema digestivo y reduce significativamente el riesgo de que el bebé padezca en el futuro de diabetes, obesidad y asma. De allí la importancia de que la madre mantenga un dieta equilibrada, pues además de hormonas, la leche materna transporta macro y micronutrientes como proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales, presentes en carnes magras, frutas, vegetales, entre otros.
Los mariscos, por ejemplo, son indispensables en la dieta por su gran contenido de grasas saludables. Estas son necesarias para el desarrollo del cerebro, la absorción de vitaminas. Los alimentos ricos en proteína, en cambio, permiten el correcto desarrollo y crecimiento del niño.
De acuerdo con el médico Fernando Montaño, no existen alimentos malos ni buenos ni que produzcan mayor cantidad de leche, pues todos, consumidos con moderación, generan un producto de calidad. Sin embargo, aclara el especialista, puede existir algún producto que le genere malestar al bebé y la madre debe estar en la capacidad para reconocerlo y eliminarlo de su dieta diaria. El exceso de condimentos, por ejemplo, podría traerle inconvenientes al infante.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud y de instituciones como la Academia Americana de Pediatría (AAP) es que la lactancia materna sea exclusiva durante los primeros seis meses de vida y que, si se puede, continúe durante al menos por los 12 primeros meses. Montaño sugiere, incluso, extenderla hasta los 2 años. Pasado ese tiempo se corre el riesgo de que el bebé se vuelva demasiado dependiente de la madre. “No existen ninguna contraindicación a nivel de la salud, sin embargo, el vínculo sentimental podría verse afectado”.
En caso de que la madre tenga que viajar, el galeno sugiere guardar la leche dentro de un biberón y conservarla en la nevera. Al ambiente, la leche materna mantiene sus nutrientes hasta por seis horas, mientras que dentro del refrigerador dura hasta 72. Se la puede congelar hasta por cuatro semanas.