Karen Narváez dedicará su reinado a la promoción del kichwa

Karen Narváez, kichwa de ­Quijos, fue coronada en el Teatro de la Universidad Central.

Karen Narváez, kichwa de ­Quijos, fue coronada en el Teatro de la Universidad Central.

Karen Narváez, kichwa de ­Quijos, fue coronada en el Teatro de la Universidad Central. Foto: Diego Pallero/EL COMERCIO

Karen Narváez fue designada nueva Ñusta Andina del Ecuador, el pasado viernes 22 de julio de 2016. Ahora gana tiempo y tras arribar a la parroquia de San Pablo, en Archidona, diseña la lista de actividades que desarrollará a lo largo de su reinado.

En su hoja de ruta tiene como prioridad la recuperación y transmisión de conocimientos ancestrales entre los jóvenes y niños de su comunidad, y la valoración de la vestimenta e idioma kichwa.

Lo hará a través de talleres y encuentros interculturales en su parroquia y fuera de ella. Para que el mensaje sea masivo solicitará espacios públicos y apertura en los diferentes medios de comunicación.

Con esos proyectos, Narváez, de 21 años y representante de Quijos, un pueblo amazónico en proceso de ser reconocido como nacionalidad, busca que los miembros de su comunidad se sientan orgullosos de su cultura, de su pasado y de su presente.

Según la nueva Ñusta, hay muchos jóvenes y adultos que desconocen, por ejemplo, el origen de su vestimenta; y, además, se avergüenzan del idioma. “Creen que el kichwa es sinónimo de desvalorización, discriminación y explotación. Y no es así”.

Para demostrarles lo contrario, Narváez perfecciona su idioma en una escuela en Napo, donde cuenta que comparte aula con 50 estudiantes universitarios procedentes de Estados Unidos.

La nueva Ñusta Andina llegó a ese centro educativo para cumplir unas pasantías tras culminar la secundaria y fue donde tomó conciencia de la importancia de hablar kichwa. “Si a ellos les ­parece importante aprender, con más razón a nosotros”.

Narváez entiende su idioma ancestral a la perfección, pero demora en conectar frases para hablar. Eso le sucede porque sus abuelos, con los que vive desde que tenía 4 meses, evitaron enseñarle el idioma ancestral por temor de entorpecer su español.

Basándose en esa experiencia, también dedicará tiempo para motivar a padres y madres de familia para que enseñen kichwa a sus hijos desde que nacen.

Además, realizará talleres de educación sexual y reproductiva e invitará a especialistas para que hablen del peligro que significa el consumo de drogas y alcohol.

Los encuentros de recuperación de la memoria colectiva se iniciarán en los próximos meses. Allí, a los más pequeños les contarán la historia de la guayusa, una bebida energética utilizada por sus antepasados para iniciar una cacería, una ‘pelea’; la idea es compartir los beneficios de varias plantas medicinales...

Al mismo tiempo, la Ñusta Andina continuará con su formación para convertirse en una líder comunitaria y para alcanzar el título de ingeniera forestal. “Rendí las pruebas y espero los resultados para empezar”. Por ahora, ostenta el título de líder ambiental y el de bachiller con énfasis en turismo.

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