En el mercado existe un modelo especial de urnas biodegradables para las mascotas. Se vende con semillas según los gustos de los dueños del animal. Fotos: Cortesía Life Urns
Las cenizas de las mascotas son utilizadas para crear nuevos productos o para dar vida a otros seres. Los propietarios han encontrado diferentes formas de mantener a sus animales de compañía cerca, aun después de su muerte.
Daniela Peñafiel, diseñadora y orfebre en Joyas de Vida, utiliza las cenizas de los animales de compañía en sus creaciones. La primera joya dentro de esta línea, que fue un relicario, la hizo hace tres años, cuando su gato murió.
Aunque ya trabajaba con la inclusión de ADN o leche materna en su obra, en ese momento se dio cuenta de que muchas otras personas desearían tener este recuerdo. Todas las joyas que realiza actualmente son hechas a mano y en plata. “Mi idea es que se convierta en algo que vas a poder guardar toda la vida”, dice.
La ceniza se coloca en la parte hueca de las joyas. También se puede poner el pelo de la mascota, su primer diente o un pedazo de su manta preferida. Algunos de los productos más solicitados son dijes en forma de huella o colgantes con la silueta del animal. Una opción que es más discreta son los brazaletes de cuero.
Sylvia Cañizares, quien es diseñadora y creadora de Damara Accesorios, ofrece otra alternativa para llevar los recuerdos de las mascotas en el cuello. Cañizares se dedica a pintar la imagen de los perros o gatos en una pequeña botella de vidrio. En su interior, se puede colocar las cenizas, los dientes del animal o bisutería, según lo que busque el cliente.
Cañizares cuenta que la idea surgió por sus ganas de tener un accesorio con la imagen de su peludo. Ahora los dibuja en collares, llaveros y en estas botellas. Los propietarios deben entregarle una foto de su mascota para que la pueda replicar.
Daniela Ortiz, diseñadora de joyas, explica que estas creaciones se han convertido en una excelente forma de preservar recuerdos. En este caso, las joyas son inmortales o, la mayoría de ellas, están destinadas para durar toda la vida. De esta manera se realiza una suerte de homenaje a los compañeros de cuatro patas.
Ortiz recomienda colocarlas en collares, ya que al estar en un anillo se pueden golpear o romper. Esta diseñadora también realiza este tipo de joyas y, dependiendo de la intención de cada persona, se pueden combinar con piedras.
Otra forma de dar una segunda vida a las mascotas es transformándolas en otro ser vivo, como una planta.
Verónica Falconí Pérez, gerenta de Life Urns, ofrece urnas biodegradables especialmente diseñadas para los animales de compañía. Estas se comercializan con agentes neutralizadores y humificadores, y con las semillas de un árbol, además de indicaciones sobre sus cuidados.
Además, junto al crematorio Santas Huellas, habilitó un espacio en Amaguaña donde se puede enterrar estas urnas. La idea es reforestar este lugar con las especies nativas que nacen a partir de las cenizas de las mascotas.
Falconí dice que, mediante la despedida a un ser, se trae a la vida a otro. Este sistema permite que las cenizas de los animales sean envueltas o encapsuladas en las raíces del árbol. Además, la urna poco a poco va degradándose.
Las personas pueden elegir la especie de planta que deseen. Falconí transformó a su perro Shungo en un jacarandá y su perra Kiara se convirtió en un guayacán amarillo.
Ya sea en joyas, bisutería o plantas, los dueños de mascotas ahora cuentan con opciones para recordar a sus animales de compañía cuando estos hayan partido para siempre.