El parque Ecológico de Nueva Loja, en la provincia de Sucumbíos, posee varios senderos para observar la biodiversidad que tiene esta reserva. Archivo EL COMERCIO /Armando Prado
‘Escuchar las voces de los jóvenes’ es la apuesta de este 2017 para celebrar el Día Mundial de la Vida Silvestre, el 3 de marzo. “Enestedía,alentamos la participación y el empoderamiento de la juventud”, dijo en su portal la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Según cifras de la ONU, la cuarta parte de la población mundial tiene entre 10 y 24 años. Por esta razón, este año se apunta al compromiso de este grupo etario. “La suerte de las especies silvestres del mundo estará muy pronto en manos de la siguiente generación. La necesidad apremiante de mejorar las medidas para garantizar la supervivencia de las especies silvestres en sus hábitats naturales debe impartirse de generación en generación y la juventud debe tener la oportunidad de comunicar los objetivos de conservación a una sociedad más amplia”.
En el mundo, el tráfico ilegal de vida silvestre mueve USD 350 millones por ventas en el mercado negro, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Los jóvenes son considerados impulsores de esta nueva concienciación. En el Ecuador existen organizaciones que trabajan en la educación ambiental para jóvenes. Una de ellas es Cachivachero, fundación consolidada hace cuatro años y que difunde prácticas ambientales en escuelas e instituciones del país.
Andrea Ruiz, educadora ambiental de Cachivachero, comenta que la idea nació con el fin de que la formación ambiental no se quede solo en la teoría, sino que se creen hábitos en las actividades diarias.
Andrea y Pablo Tello, de la organización, comenzaron con la concienciación ambiental en ferias. Han trabajado con 700 personas y una decena de instituciones educativas. Entre estas se encuentra el Colegio Albert Einstein, con el cual desarrollaron un proyecto de reciclaje y reutilización de materiales, teniendo como fin la elaboración de muebles.
Otra organización vinculada a jóvenes es Ecology Project International (EPI). La iniciativa nació en 1990 con dos cofundadores: Scott y Julie Osborn Pankratz, científicos que estudiaban en Costa Rica. Ellos observaron que, a pesar de contar con protección federal, las especies seguían disminuyendo. Y determinaron que fue porque la gente valora muy poco el ecosistema.
Por esta razón, en el 2000 crearon EPI, organización que abarca temas científicos y de conservación de la naturaleza. Uno de los objetivos es llamar a los jóvenes a tomar un papel activo en la conservación de la naturaleza. La EPI tiene varios programas en diferentes lugares del mundo como: Ecuador, Belice, Costa Rica, México y EE.UU. (Yellowstone).
En Ecuador, EPI colabora con el Parque Nacional Galápagos para realizar programas de educación ambiental en escuelas secundarias con jóvenes de 14 a 15 años. Los estudiantes aprenden ecología y biología. Actualmente, ofrecen programas de conservación de tortugas y el hábitat para asegurar el hogar de la fauna y flora de las islas.
Para Ruiz, es fundamental que en las escuelas exista una asignatura que contribuya con conocimientos sólidos para los estudiantes. La ONU plantea incluir a los jóvenes.
Este 3 de marzo se cumplirán 44 años de la aprobación de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) reconocida por 183 estados de la ONU.