Diego Almeida empezó con la venta de snacks y suplementos de grillo en el año 2014. Foto: David Landeta/ EL COMERCIO.
Los insectos ganan espacio en la gastronomía del país y del mundo. Pizzas, hamburguesas, tacos e incluso postres ahora incluyen a los grillos entre sus ingredientes. Aunque en un inicio a muchos les cuesta probarlos por su aspecto, una vez que ingresa a su boca, se acostumbran a su sabor.
“No hay plato que no se puede hacer con grillos”, dice Diego Almeida, quien se dedica a la crianza de estos insectos para consumo humano. En su casa, ubicada en Llano Chico, se encuentra la “granja” de Sargrillo, donde tiene alrededor de 100 contenedores. Cada uno de estos tiene capacidad para albergar a alrededor de 50 000 ejemplares juveniles y hasta 5 000 adultos.
Los insectos tienen una dieta basada en una mezcla de balanceados y un complemento de frutas y verduras, especialmente naranja. Esto les ayuda a tener una fuente de agua. Almeida dice que se mantiene un monitoreo durante todo su ciclo. Al ser para consumo humano, las medidas de seguridad y de limpieza deben ser mayores. Si uno se escapa de los contenedores, por ejemplo, ya no es utilizado como alimento para las personas.
Los grillos habitan en este cuarto por alrededor de cuatro meses, desde que los huevos eclosionan hasta que se convierten en adultos. En ese momento, Almeida los saca y empieza el proceso para convertirlos en ‘snacks’. Primero se los coloca en agua caliente, después son deshidratados y por último son saborizados. Actualmente existen tres sabores: limón, picante y natural.
Estos se venden en pequeños empaques que contienen a los grillos enteros. “Mi misión ha sido crear consciencia y romper barreras mentales de la gente”, dice Almeida.
Este biólogo y herpetólogo explica que estos insectos son una gran fuente de proteína y que se han convertido en una alternativa para la carne de vaca. Pero, dice, las personas solo deberían consumir insectos criados en granjas o bajo manejo humano. Si se empieza a atrapar a los silvestres, el daño será mayor para el ambiente.
Serena Iturralde, chef y propietaria de El Ensayadero, es una de las personas que incluye a los grillos en sus preparaciones. En su restaurante se ofrecen tacos que incluyen a este ingrediente y en algunas ocasiones los prepara cubiertos con chocolate.
Los niños son los principales consumidores de estos platillos, cuenta Iturralde. Hace seis meses empezaron a incluirlos en su menú y ahora los clientes no dejan de pedirlos. Iturralde los compra vivos y en su restaurante se encargan de todo el proceso hasta que llegan a los platos. Estos son cubiertos con mantequilla y se mezclan con rúcula y salsa de tomatillo verde.
Los grillos se ofrecen enteros (con sus patas, alas y antenas) para que las personas se acostumbren a su aspecto. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) los insectos son parte de la dieta tradicional de 2 000 millones de personas en el mundo.