El médico Jorge Estrella fusiona su labor profesional con su afición por la fotografía aérea en Quito. Foto: Cortesía Jorge Estrella
Jorge Estrella toma sus audífonos, elige escuchar Bitter Sweet Symphony -de la banda británica The Verve- y sobrevuela su dron sobre Quito. En tiempos de covid-19, el cielo de la capital apacigua el confinamiento con atardeceres, en ocasiones, tricolores, mientras la Luna comienza a tomar protagonismo. Estrella -médico de profesión- ha logrado registrar las tardes, noches y amaneceres de la ciudad que, en medio de la pandemia, recuerdan la sencillez de la contemplación.
Ver el mundo desde arriba da una perspectiva distinta de los entornos que rodean al ser humano, asegura Estrella. Sus fotografías lo demuestran: una nueva mirada Quito, una ciudad entre las montañas, llena de luz, diversa, en constante evolución.
Jorge es médico general, pero una de las grandes pasiones que cultivó desde que era pequeño es la aviación. Antes de forjar su vocación como doctor, había pensado en ser piloto, aunque la vida lo llevó por otro camino. Desde los 13 años aprendió aviación virtual (simulación de vuelo en una computadora), mientras su gusto por la fotografía crecía.
El médico Jorge Estrella fusiona su labor profesional con su afición por la fotografía aérea en Quito. Foto: Cortesía Jorge Estrella
“Después, conocí el mundo de los drones y pude, a través de ellos, encontrar el desfogue de pasión que tenía por los aviones”, cuenta el médico. Mientras avanzaba con su carrera profesional, recuerda, le regalaron un dron. “Comencé a compartir fotografías y a la gente le gustaba y comenzó a seguir mi trabajo. Pronto, comencé a comprarme más drones”, relata.
Su barrio, el tradicional González Suárez, fue el primer protagonista de las fotografías que capturó con su dron. Pronto, comenzó a publicarlas en su cuenta @condor.drone.ec. “Mis vecinos disfrutaban de las imágenes y me pedían que saque más”. La acogida fue mayor cuando se inició la cuarentena y el encierro impedía salir a las calles.
Jorge siente orgullo. Sus fotografías han sido vistas internacionalmente no solo por el alcance de las redes sociales, sino porque han sido proyectadas, por ejemplo, en el noticiero Telemundo de Nueva Inglaterra y reseñadas en BBC Mundo. Además, una imagen -en la que se observa al Estadio Olímpico Atahualpa– fue elegida como representante de Ecuador en la exposición virtual de fotografía Ghost Cities (Ciudades fantasmas), organizada por organización Art Solation.
El médico Jorge Estrella fusiona su labor profesional con su afición por la fotografía aérea en Quito. Foto: Cortesía Jorge Estrella
Sobrevolar su dron no solo es un ejercicio personal, también hay una intención: mostrar la ciudad y animar a sus habitantes. “Es una oportunidad para ver a una ciudad que vive entre las montañas, conocer sus barrios, sus atardeceres...”, dice el joven.
En medio de la incertidumbre que vive el país por el impacto del covid-19 en Ecuador, Jorge ha intentado ayudar. El médico cuenta que se ofreció como voluntario para la línea 171 del Ministerio de Salud. Durante abril y mayo, atendió a pacientes diagnosticados con el virus a través de la telemedicina.
El médico Jorge Estrella fusiona su labor profesional con su afición por la fotografía aérea en Quito. Foto: Cortesía Jorge Estrella
Las historias que escuchó desde Guayaquil eran demoledoras. “Doctor, no sé qué hacer. Tengo a un muerto en casa”, “Tengo covid-19 y no me quieren atender”, “Doctor, no sé qué hacer, tengo miedo de morir”. Esas fueron las palabras que Jorge recibía de sus pacientes e intentaba tranquilizarlos. “Les explicaba que tener covid-19 no era una sentencia de muerte. Estudiaba en las tardes para poder atenderlos de mejor manera. Fueron semanas intensas, emocionalmente fue muy duro, pero poder ayudar me llenó mucho”, cuenta.
Aunque la emergencia sanitaria no ha terminado, el médico está seguro de que, aunque de la pandemia ha surgido dolor y se han develado lados oscuros, “debe ser una oportunidad para reforzar las cosas buenas”, asegura.
Recuerda, además, lo que les decía a sus pacientes: “Aunque ninguno de nosotros estuvo preparado para enfrentar una pandemia, puedo decir con mucha certeza que la medicina jamás estuvo tan lista para enfrentar una enfermedad como la que tenemos. Es impresionante la cantidad de evidencia científica que aparece cada día y es cuestión de tiempo hasta que encontremos una manera efectiva de cómo combatir al virus”.
Mientras la ciudad comienza a reactivarse, Jorge alista nuevamente sus audífonos para sobrevolar la ciudad y recordar que la luz de los atardeceres llaman a la esperanza.