Victoria Calisto y Marín Sáenz durante una práctica. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Movidito y entretenido. Así se perfila el 2018 para los amantes de las carreras de asfalto y montaña. Para este mes, por ejemplo, se anunció la Sierraloma, una prueba de montaña que contempla distancias de 6, 15, 25 y 50 kilómetros. Será en el valle de Machachi.
En la página carrerasecuador.com, en cambio, se promocionan nueve pruebas de entre 7 y 150 kilómetros. Esta última se trata de la Ultramaratón Pedernales-Chone. Será el 27 de enero. Para febrero están previstas cerca de cinco competencias.
En la página oficial de la Sierraloma, hombres y mujeres de diferentes edades anunciaron su participación. Entrenadores nacionales como Rodrigo Guerra aplaudieron el entusiasmo, pero aclaró que antes de inscribirse en una carrera, independientemente de la distancia, es importante contar con un entrenamiento previo para reducir el riesgo de lesiones y disfrutar de todo el recorrido: montaña, ríos, edificios, parques y hasta del apoyo de la comunidad.
Para participar en una prueba de cinco kilómetros se requieren, de mínimo, cinco semanas de entrenamiento: entre dos y tres días de trote a la semana y de fortalecimiento muscular en el gimnasio.
Ese acondicionamiento previo le permitirá cruzar la meta librando dolores musculares y articulares, típicos en las pruebas más esperadas del año como la Ruta de las Iglesias 10K y la Quito Últimas Noticias 15K, donde muchos de los corredores se inscriben a última hora.
El entrenamiento para participar en una pedestre de 10 kilómetros es más exigente todavía. Para llegar a la meta sin dolor y disfrutando del recorrido se requiere de por lo menos dos meses de preparación constante y disciplinada.
El plan se diseña en función de los objetivos y del terreno de la prueba. En el asfalto prima la velocidad, mientras que en las carreras de montaña se requiere también de resistencia y fuerza muscular.
De allí la recomendación de los expertos de experimentar, durante las prácticas, en diferentes tipos de terrenos. Para competir en una prueba de 15 kilómetros se requiere de una preparación de entre ocho y 12 semanas.
En ese tiempo el corredor mejora su capacidad pulmonar y su resistencia física, indispensables para evitar ahogamientos. Las cargas deben ser progresivas para evitar lesiones -cadera, espalda, rodillas- o el sobreentrenamiento, recordó Freddy Vivanco.
Aventurarse por una carrera de largo aliento sin pasar por los 10, 15 o 20 kilómetros es una imprudencia, ya que podría lesionarse y abandonar la actividad por mucho tiempo.
Para estrenarse en una prueba de ultra trail -a partir de los 50 kilómetros-, en cambio, es necesario sumar cuatro carreras de 25 o 30 kilómetros al año. Las pedestres de más de 25 kilómetros requieren de entrenamientos a doble jornada, de una guía especializada y de una buena alimentación, diseñada por un especialista.