Vista de la proyección de la organización ecologista Greenpeace en las torres de refrigeración de la central térmica de carbón del municipio coruñés de As Pontes, el 2 de octubre de 2008. Foto: EFE
La organización ecologista Greenpeace lamentó hoy, 26 de noviembre de 2019, el “retroceso” en la voluntad política de algunos países que han empezado a cuestionar la legitimidad del Acuerdo de París contra la emergencia climática y apeló al papel de la Unión Europea como “única vela de esperanza” para encauzar esas posturas.
En un encuentro informativo, expertos de Greenpeace adelantaron las propuestas de la organización y sus expectativas con vistas a la Cumbre del Clima (COP25), que se celebrará en Madrid del 2 al 13 de diciembre, e instaron a España y Europa a liderar la lucha contra la crisis climática “con urgencia y valentía”.
Juan Pablo Osornio, responsable de Política Climática de Greenpeace International, recordó que de julio a noviembre de este 2019 se ha visto “un retroceso en la voluntad política de países como China o India y hoy por hoy solo la UE mantiene prendida la esperanza de encauzar sus posturas”.
“A nivel global, es lo mejor que tenemos”, subrayó por su parte la responsable de la campaña europea de Cambio Climático de Greenpeace, Tatiana Nuño, quien matizó que, no obstante, Europa sólo ha comprometido una reducción del 40 por ciento de sus emisiones para 2030, lo que los científicos consideran “insuficiente”.
Nuño incidió en que la respuesta política mundial ha sido hasta ahora “lamentable”, por lo que emplazó a Europa a elevar este porcentaje hasta el 65 por ciento y ha reclamado que el Gobierno español “presione, junto a los países más progresistas, para lograr ese objetivo”.
“Hace un año, el activismo climático era algo minoritario, pero esto ha cambiado totalmente y ahora está arriba en todos los estudios, las discusiones y la calle, y toda la clase política tiene que hacer lectura”, señaló el responsable del programa de Cambio Climático de Greenpeace España, José Luis García.
Los responsables de Greenpeace pusieron de manifiesto también su oposición al artículo 6 del Acuerdo de París sobre comercio de emisiones, “el más conflictivo y que no asegura la integridad ambiental de los países”, reconoció Osornio.
“Desconfiamos de este artículo, pues en base a él es muy fácil que sigan creciendo las emisiones absolutas, aunque unos países cumplan con los objetivos fijados (…) si hubiera un tope global tendría lógica, pero eso a día de hoy no es realista”, dijo.