Concierto de Gloria Trevi en el Coliseo General Rumiñahui. Foto: EL COMERCIO
Como es costumbre la apertura de un número ecuatoriano en los eventos musicales, el concierto de Gloria Trevi en Quito no fue la excepción. A las 21:15 salió a cantar el ecuatoriano Joshua quien buscó encender la fiesta en el Coliseo General Rumiñahui con covers de Chayanne y Américo.
El escenario estaba listo para recibir a la diva mexicana, pero el público era escaso, a excepción de la localidad de general. A pocos minutos de que empezara la función del tour De Película –el que trajo Trevi a Ecuador– el público empezó a gritar “queremos bajar”. La gente no esperó una respuesta por parte de la organización y se tomó el Coliseo, ocupando preferencia, butaca y sillas, logrando que el lugar se vea casi repleto a pesar de no superar los 4000 asistentes.
Sonó la música y se encendieron las linternas de los celulares para recibir a la artista. Un vestuario glam recubrió todo el concierto de Trevi. Desde la protagonista de la noche hasta sus bailarines se vistieron de brillos toda la noche. El ‘setlist’ de su presentación en Guayaquil no varió. El show inició con el tema Cinco Minutos, con Trevi engalanada como militar, un traje que parecía impedirle el movimiento.
Poco a poco se fue despojando de la ropa y liberando su baile. Cada canción vino con un cambio de vestuario. Trevi se vistió de Caperucita Roja, de ‘Pretty Woman’ –ropa con la cual recogió billetes del público para ayudar a una fundación de niños-, de acomodadora de butacas y Mujer Maravilla, por mencionar algunos de sus trajes. “¡Quito, gracias!, todos los que estamos aquí en esta vida somos el superhéroe de alguien, alguien a quien amamos tanto que seríamos capaces de dar la vida por ellos”, dijo la cantante antes de iniciar su tema Mujer maravilla.
Irreverente y directa, Trevi no se queda con las palabras en la boca. Se burló del público, de sus bailarines y por supuesto de ella misma. Con carácter pero mucha emotividad se dirigió a los asistentes entre cada tema: “Quito, me tienes temblando de la emoción. Los años que he tenido que recorrer para llegar a ti han sido largos” mencionó antes de seguir con su repertorio que incluyó Recuerda que me tienes a mí, Me río de ti, Me siento tan sola y La papa sin cátsup. A esta úlitma canción la introdujo con un grito diciendo “muchas veces aguantamos a la persona incorrecta por temor a la soledad. Pero te lo digo con experiencia más vale solo que mal acompañado”.
A sus 47 años, la mexicana mantiene una energía imparable, su coreografía estuvo llena de saltos, acrobacias, patadas y mucha sensualidad. Con cuatro bailarines –dos hombres, dos mujeres- ‘la Trevi’ logró crear un espectáculo visual que embrujó a su audiencia, sobre todo en temas como Habla blah blah y Gloria –con una puesta en escena estilo disco-.
Cerca de las 24:00 cantó Pelo Suelto, uno de sus temas más emblemáticos . Con esta presentación sacudió su cabello en el suelo y hasta en los andamios de su escenario, de los que se colgó.
Trevi sigue siendo igual de auténtica que a los inicios de su carrera y su voz mantiene el mismo matiz que la caracterizó hace 25 años cuando sacó sus primeras canciones. Para su segundo himno musical, el sencillo Todos me miran, invocó el caso de Lorena Bobbit y simuló un juzgado en defensa de la mujer maltratada. La fiesta se cerró con una celebración por la libertad, con su cuerpo de baile masculino portando vestidos de lentejuelas.